Textos encontrados, aguafuertes rockeras
Siempre un poco aluvional, cuentista incontinente y poeta sacerdotal, el gran Andrés Calamaro se desnuda en esta serie de diarios íntimos titulada Paracaídas y vueltas (Planeta), en la que el lector encontrará “idas y vueltas por ochenta mundos, restos de naufragios en barcos musicales, carabelas bandidas, aguafuertes toreras y existenciales”.
La prosa torrencial abarca un extenso territorio: aparecen en sus evocaciones una extensa nómina de escritores, músicos, artistas en general, a la vez que hay paisajes, aeropuertos, hoteles y gente de a pie que ha sido (ocasionalmente o no) una parte de su corte. Hay apuntes urgentes hechos en la carretera y textos que maduraron noches enteras; hay alcohol, sexo y otros caprichos; hay viajes al pasado (Los Gatos, Manal, Elvis, Troilo, Cátulo) y fugaz velocísimas hacia el porvenir. Calamaro en estado puro, brutalmente honesto y algunas veces en carne viva. Poeta siempre. Lo dice en un epígrafe Borges: “Mientras dure esta música, seremos en el aire esta flecha”.