Aníbal, otra vez, se habló encima
En su afán por controlar la Corte, el kirchnerismo diseñó una estrategia suicida: denunciar que en el acta de la reelección de Lorenzetti como presidente del tribunal figura Carlos Fayt, cuando ese magistrado habría estado ausente del acuerdo. Para Aníbal Fernández los jueces incurrieron en falsedad ideológica por declarar algo que no ocurrió.
El argumento es autodestructivo. El artículo 99, inciso 3 de la Constitución, establece que el presidente podrá dictar decretos de necesidad y urgencia (DNU), “los que serán decididos en acuerdo general de ministros”. Los Kirchner jamás celebraron una reunión de gabinete. Pero sus DNU consignan haber sido resueltos “en acuerdo general de ministros”.
Con el criterio de Fernández, todos los DNU del kirchnerismo serían nulos. Así, se suspendería la Asignación Universal por Hijo o Redrado volvería al Banco Central. Y la Presidenta, el propio Fernández y los demás ministros serían sospechosos de falsedad ideológica. Nadie pone en duda las capacidades psicofísicas del jefe de Gabinete. A pesar de que, una vez más, se habló encima.