Inoculantes: descubren las moléculas que envuelven y mantienen unidas las bacterias
Investigadores de la Fundación Institulo Leloir estudiaron un mecanismo clave
Los inoculantes son concentrados de bacterias específicas que pueden incorporarse a las semillas para favorecer la asimilación del nitrógeno de la atmósfera, defender a los cultivos de patógenos o asegurar la entrada de nutrientes del suelo a sus tejidos. Ahora, científicos de la Fundación Instituto Leloir (FIL) demostraron que un componente importante de la envoltura de estas bacterias les permite que se ensamblen en comunidades o “biofilms”, lo cual podría mejorar sus efectos biológicos. Este ensamblado sería importante en la supervivencia y la competencia de las bacterias que se utilizan como biofertilizantes de cultivos de importancia agrícola, señaló la líder del equipo de investigación, la doctora Ángeles Zorreguieta, quien es jefa del Laboratorio de Microbiología Molecular y Celular de la FIL. “Y el uso de inoculantes eficientes permite reducir el uso de fertilizantes nitrogenados, lo cual es ambientalmente favorable”, agregó.
Los científicos estudiaron una especie de bacteria o “rizobio” en particular, Rhizobium leguminosarum, que tiene una relación simbiótica con distintas leguminosas, como garbanzo, arveja y trébol. Esta bacteria, como otras del mismo grupo, induce en las raíces el desarrollo de nódulos que captan el nitrógeno de la atmósfera, transformándolo a compuestos asimilables por la planta. Pero para cumplir esa función, es preciso que la unión haga la fuerza: esa bacteria forma comunidades o biofilms, ecosistemas microbianos organizados en películas, cuya robustez parece aumentar su capacidad de supervivencia así como su competencia con otros microorganismos nocivos presentes alrededor de las raíces de las plantas, destacó Zorreguieta. ¿Cómo lo logra? En el trabajo que ahora publica y también destaca la revista “Applied and Environmental Microbiology”, los investigadores identificaron un componente de la membrana celular de Rhizobium que parece ser fundamental para la adhesión de las bacterias entre sí: los lipo-polisacáridos, moléculas formadas por la unión de un lípido y un azúcar. “Cuando esas moléculas estaban ausentes, la cohesión entre bacterias disminuyó marcadamente y las comunidades que forman dejaron de ser compactas”, indicó Zorreguieta, quien observó ese efecto cuando el biofilm se desarrolló tanto sobre una superficie artificial como sobre las raíces de una leguminosa, la arveja.
Zorreguieta y su equipo estudiarán ahora cuáles son los factores internos y externos a las bacterias que fortalecen o debilitan su cohesión. Asimismo, los nuevos datos podrían inspirar estrategias orientadas a debilitar comunidades de bacterias que producen infecciones hospitalarias y que suelen ser muy difíciles de combatir. En el trabajo también participaron los doctores Daniela Russo, Patricia Abdian, Diana Posadas y Nicolás Vozza, del laboratorio de Zorreguieta, así como investigadores de la UBA, la Universidad Nacional de Río Cuarto, el Centro John Innes (en Norfolk, Reino Unido), y la Universidad de Georgia, en los EE.UU.