Las preguntas del Ciclón
San Lorenzo empató en Rosario con Newell’s y dejó pasar la oportunidad de llegar a la punta; mientras Bauza evalúa cambios en el plantel, el equipo no encuentra su identidad
ROSARIO.– San Lorenzo se juega el presente, pero también el futuro. Está claro que Edgardo Bauza seguirá como entrenador hasta fin de año, pero pelear el torneo se transformó en la prioridad tras la temprana eliminación en la Copa Libertadores. En ese contexto, los dirigentes respaldan al Patón pero, al mismo tiempo, pretenden que en los próximos meses baje el promedio de edad del plantel (tiene uno de los más altos del fútbol argentino), para que se vaya relegando a los más experimentados y se les dé pista a los juveniles de las inferiores. Un caso como ejemplo del cambio que se pretende son más Quignón y quizá él, uno de la sangre nueva, con uno solo del doble 5 actual, compuesto anoche por Mercier y Ortigoza.
De los consagrados, quienes levantaron la Copa Libertadores en 2014 son Mercier, Romagnoli, Torrico y Ortigoza y actualmente tienen el sostén del director técnico y mantienen el idilio de la gente. Pero todos saben que, a mediano plazo, se viene una renovación en el Ciclón, que no sólo tendrá en cuenta edades sino también rendimientos. En ese sentido, uno de los que más estuvieron bajo la lupa anoche fue Cauteruccio, que hizo el gol del empate de San Lorenzo ante Newell’s 1-1, pero después falló en cinco situaciones muy claras. En el recambio también quedarían afuera apuestas que no funcionaron, como Juan Cavallaro y Alan Ruiz.
El Patón habló mucho en el último tiempo de la falta de gol, que el equipo sufría por “no convertir el primer tanto en los partidos”. Y en ese ítem no apuntaba sólo por las responsabilidades de Cauteruccio y Matos (está desgarrado). Pero ayer Cauteruccio desaprovechó la chance de sumar votos para su continuidad después de junio.
El N° 9 tuvo cinco chances claras además del tanto convertido: un remate desviado de arremetida tras centro de Villalba; un mano a mano perdido con zurda luego de gambetear a dos defensores, y un cabezazo a las manos de Ustari tras un córner, algunas de esas chances.
El desarrollo del partido fue parejo y tuvo una buena intensidad en los primeros minutos, cuando Newell’s tuvo la intención de ir a buscar arriba con Ponce como punta definida y aportando buena movilidad. El local también tuvo claridad para buscar los espacios, sobre todo por el sector de Casco, subiendo por el lateral izquierdo. Cáceres no lo dejó solo: se soltó por la derecha y todo el equipo rosarino trató de presionar alto, mientras San Lorenzo atacó con pases verticales de Romagnoli, Ortigoza y Villalba, y supo generar de contraataque. Durante varios minutos fue de ida y vuelta. En ese cruce de golpe por golpe apareció primero Ponce con un muy buen zurdazo desde fuera del área que se metió junto al palo derecho de Torrico. Pero cuando Newell’s parecía acomodarse a la diferencia, enseguida empató Cauteruccio, con una triangulación por la derecha, y con Villalba asistiendo con el centro para la definición del N° 9, ante un quedo de Ustari, quien debió salir a atorar más a un delantero que no llegaba cómodo a definir.
Desde la intención fue más Newell’s, pero si hubiera estado más preciso Maxi Rodríguez en los metros finales habría sacado una diferencia mayor. Aunque vale remarcar que sobre el final de la primera etapa Vigliano no sancionó un penal de Yepes al propio Rodríguez, a quien cruzó abajo con la pierna izquierda, dentro del área.
En el segundo tiempo estuvieron los goles errados por Cauteruccio y Newell’s casi no llegó, pese a tener la mayor posesión de la pelota (56%). Dispuso de una situación clara, con un disparo de Maxi Rodríguez que se fue apenas alto.
En el análisis colectivo, San Lorenzo sufrió porque pudo ganar, aunque el empate no le cayó del todo mal. Pero en la evaluación individual, casi nadie le sacó rédito al punto.