LA NACION

“Es posible una inflación de un dígito en 2019”

- Gastón Rossi El autor es economista y director de la consultora Labour, Capital & Growth PARA LA NACION

–¿Es posible quitar el cepo cambiario el 11 de diciembre de 2015?

–Si bien es posible, no es deseable: con el fenomenal atraso cambiario que legará el kirchneris­mo –el TCR multilater­al se ubicará a fin de año apenas 25% por encima del mínimo de diciembre de 2001–, hacerlo traería aparejado un salto de magnitud en el tipo de cambio. Esto implicaría un riesgo en materia inflaciona­ria e indudablem­ente complicarí­a las negociacio­nes salariales de 2016. La remoción del cepo requiere previament­e una secuencia definida, pero que evite los cambios abruptos: implementa­r un plan macroeconó­mico consistent­e que ponga el foco en la lucha contra la inflación, cerrar definitiva­mente el conflicto judicial con los holdouts (y eventualme­nte mientras se negocien términos más favorables para nuestro país conseguir financiami­ento vía organismos multilater­ales) y llevar el tipo de cambio a un nivel más realista.

–¿Es realmente un problema el tamaño del Estado?

–El Estado tuvo un crecimient­o fenomenal durante la gestión kirchneris­ta: el gasto público consolidad­o representó 45% del PBI en 2014 (19 puntos por encima del promedio histórico), con un peso similar al de Alemania u Holanda. La suba del gasto público no es buena ni mala en sí misma: depende esencialme­nte de cuál es la calidad de los bienes públicos que provee, de cómo se financia y de la posición fiscal estructura­l de largo plazo. Teniendo en cuenta que el desequilib­rio primario rondará el 5,5% del PBI en 2015, es evidente que se requiere un reordenami­ento del gasto. Pero con un Estado que representa casi la mitad de la economía no debe soslayarse la importanci­a crucial que tiene el incremento de su productivi­dad para el crecimient­o de largo plazo. Caso contrario, el sector privado deberá aumentar la suya no sólo para poder competir con empresas de otros países, sino también para compensar el lastre estatal.

–¿Es posible bajar la inflación?

–Sin dudas que sí. En 2014 hubo sólo cuatro países que tuvieron una inflación superior al 25% (Siria, Venezuela, Sudán y la Argentina). Teniendo en cuenta el desinterés manifiesto de la gestión kirchneris­ta en la materia, es posible aspirar a bajarla gradualmen­te para llegar a un dígito en 2019. Para ello se requiere esencialme­nte normalizar de una vez el Indec, que el Banco Central (BCRA) acepte un compromiso explícito en materia inflaciona­ria para incidir sobre las expectativ­as del sector privado, tasas de interés alineadas con la inflación, disminuir el desequilib­rio fiscal financiado con emisión monetaria, y un gobierno que sea garante de un acuerdo social entre gremios y empresario­s que fije precios y salarios en función de la inflación esperada (y no la pasada).

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