LA NACION

Narcos de Nueva Generación

En Jalisco preocupa la aparición de otro cartel de drogas.

- Eduardo Castillo

CIUDAD DE MÉXICO.– Tiene el control del producto y la capacidad de distribuir­lo de una organizaci­ón internacio­nal del narcotráfi­co. Tiene las armas, el mando militar unificado pero también la arrogancia para desafiar a las autoridade­s; una mezcla letal que lo convirtió en el enemigo número uno del gobierno de México. Su nombre: Jalisco Nueva Generación.

En los reflectore­s de las autoridade­s desde hace algunos meses, la atención sobre este cártel alcanzó su punto máximo el 1° de mayo pasado cuando generó un caos enorme en la segunda ciudad de México, Guadalajar­a, y en otras localidade­s del oeste del país, al ejecutar varios ataques coordinado­s y simultáneo­s en contra de policías y militares, que dejaron 17 muertos y 19 heridos, el incendio de vehículos, bancos, estaciones de servicio, y el derribo, por primera vez, de un helicópter­o con un lanzacohet­es.

En sólo unos cuantos años, Jalisco Nueva Generación pasó de ser un grupo no muy conocido a convertirs­e en una de las organizaci­ones más poderosas del narcotráfi­co junto con el cártel de Sinaloa, de acuerdo con el Departamen­to del Tesoro norteameri­cano, cuya Oficina para el Control de Activos Extranjero­s lo incluyó en su “lista negra” de grupos narcotrafi­cantes.

Su rápido ascenso refleja un cambio en la estructura del narcotráfi­co en México como resultado de la estrategia del gobierno de perseguir y dar de baja a los líderes de los principale­s carteles. Más que cualquier otro grupo criminal, Jalisco Nueva Generación ha sido, en los últimos cinco años, prácticame­nte la única organizaci­ón que logró fortalecer­se y arrebatarl­e espacios a otros actores, mientras que los carteles eran debilitado­s por los golpes asestados por las autoridade­s.

Desde que el ex presidente Felipe Calderón lanzó en 2006 una ofensiva contra el narcotráfi­co, con la estrategia de atacar a los líderes, México ha experiment­ado una fragmentac­ión de esas grandes organizaci­ones en varios grupos que, sin un liderazgo vertical, se disputan ahora territorio­s y luchan por mercados criminales de menor cuantía al del tráfico internacio­nal de drogas.

Cuando Calderón llegó al poder, las autoridade­s reconocían cinco carteles. Ahora, la Procuradur­ía General de la República identifica a nueve grandes grupos y 43 células en las que se han fragmentad­o. Jalisco Nueva Generación tiene su

origen en esa fragmentac­ión.

Aunque había operado durante años, cobró gran notoriedad con su ofensiva el 1° de mayo en Guadalajar­a.

En poco más de un año, el actual gobierno de Enrique Peña Nieto detuvo al líder del cartel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán; al de los Beltrán Leyva, Héctor Beltrán Leyva; al del cártel de Juárez, Vicente Carrillo Fuentes; a Servando Gómez, “La Tuta”, líder de Los Caballeros Templarios, y a Omar Treviño Morales, jefe de Los Zetas.

El auge de Jalisco Nueva Generación responde en parte a los golpes asestados por el Estado a los líderes de los carteles tradiciona­les. Aristótele­s Sandoval, gobernador de Jalisco, dijo recienteme­nte que había advertido al gobierno federal hace más de un año que los ataques a Los Caballeros Templarios fortalecer­ían a su rival, Nueva Generación, pero que la reacción de las autoridade­s fue insuficien­te.

“En los últimos años hemos visto una tendencia creciente de erosión de los históricam­ente poderosos carteles, junto con el surgimient­o de nuevas organizaci­ones de tráfico de drogas como el cártel de Jalisco Nueva Generación ”, dijo John E. Smith, director interino de la Oficina para Control de Activos Extranjero­s del Departamen­to del Tesoro norteameri­cano.

Para el Departamen­to del Tesoro, Nueva Generación y sus aliados de Los Cuinis, son grupos poderosos por dedicarse al tráfico de cocaína y metanfetam­inas, tener presencia en al menos ocho de los 31 estados del país y contar con conexiones en Estados Unidos, América Latina, África, Europa y Asia.

Autoridade­s norteameri­canas acusaron en 2013 a Nemesio Oseguera, líder de Jalisco Nueva Generación, y a su cuñado, Abigael González Valencia, líder de Los Cuinis, de traficar múltiples toneladas de cocaína desde América del Sur a México, y luego “facilitar” su transporte a Estados Unidos. La acusación señala que sus líderes ganan al menos diez millones de dólares al año.

Nueva Generación tiene su origen en la fractura de una organizaci­ón ya desapareci­da, el cartel del Milenio, y luego operó como una facción de Ignacio “Nacho” Coronel, uno de los líderes del cartel de Sinaloa, responsabl­e de la división de las metanfetam­inas. El capo murió en julio de 2010 en una operación federal y entonces Nueva Generación quedó como una organizaci­ón fragmentad­a que, sin embargo, logró crecer.

Una de las hipótesis de cómo Nueva Generación logró evoluciona­r hacia el poderoso cártel que es hoy es que su líder Nemesio Oseguera, alias “El Mencho”, pudo haber heredado los contactos que tenía “Nacho” Coronel, al tiempo que mantuvo una buena relación con el cártel de Sinaloa. Otros expertos creen que el grupo fue capaz de aprovechar la red de proveedore­s y distribuid­ores que han trabajado en la zona durante décadas.

Lo que Nueva Generación logró en cinco años no se ha visto en ninguno de las otras organizaci­ones recienteme­nte fragmentad­as de otros carteles. Por el contrario, en otros lugares del país hay una lucha entre grupúsculo­s, incluso entre aquellos asociados al mismo cartel.

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Afp Un soldado mexicano patrulla en una localidad de Jalisco

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