tenía 14 años y la asesinó su novio, de 16
La chica estaba embarazada; apareció enterrada en la casa de su pareja
Los habitantes de la ciudad de Rufino, en Santa Fe, no salían ayer del espanto. Chiara Páez, una adolescente de 14 años, fue asesinada a golpes por su novio, de 16, que la enterró en el patio de su casa. Ella estaba embarazada de tres meses, algo que no detuvo al agresor. La familia había denunciado su desaparición anteayer, y toda la ciudad se movilizó para buscarla. Las sospechas apuntaron al novio, que confesó el crimen a su padre, y éste, sargento de policía, lo entregó.
ROSARIO.– Chiara Páez tenía 14 años y Manuel M., 16. Ella estaba embarazada de tres meses y él confesó que la mató a golpes el domingo a la madrugada en Rufino, una ciudad de 20.000 habitantes del sur de Santa Fe, no se sabe aún por qué. El joven no sólo asesinó a su novia, sino que además la enterró en el patio de su casa, donde vive con sus abuelos, su madre y su pareja. Todos quedaron detenidos y podrían ser imputados como partícipes del crimen que conmocionó a un pueblo entero que buscó a Chiara Páez durante un día, después de que su familia denunciara su desaparición el domingo, a las 5.
Chiara salió el sábado a la noche con sus amigas de Rufino, entre ellas, varias que juegan al hockey en el club Los Pampas. Según la investigación, con las amigas estuvo hasta las 11.30 y después se encontró con su novio, Manuel. La última pista de Chiara con vida es un mensaje – según advirtió el fiscal Mauricio Clavero– por Whatsapp que le envió a una amiga a la 1.20. Después no se supo nada más de ella hasta que fue encontrada muerta anteanoche en un pozo en el patio de la casa de su novio. Los padres de Chiara denunciaron su desaparición pasadas las 5. Ante la ausencia de la chica, la policía comenzó a buscarla no sólo en Rufino, sino también en la provincia de Buenos Aires y en Córdoba. Un grupo de 300 rescatistas y vecinos rastrillaron esa localidad y también en las afueras. De esos operativos participó el propio asesino.
Tras la caída del sol del domingo, el padre de Manuel M., que es sargento de la comisaría de Rufino, llevó a su hijo al Centro Penal de Justicia. Allí, frente a policías y funcionarios judiciales, el suboficial entregó a Manuel. Dijo que había asesinado a Chiara, que era culpable. El policía, que no vive desde hace unos cuatro años con su hijo, lo convenció de que se entregara y admitiera el crimen. Ayer por la mañana, Manuel contó detalles de cómo la asesinó. Pero evitó responder por qué mató a golpes a su novia y luego la sepultó.
La autopsia determinó que la joven de 14 años murió por fuertes golpes y tenía un pequeño corte en el cuello. Y confirmó que Chiara estaba embarazada, con una gestación estimada de entre tres y cuatro meses. Aún no se pudo establecer si la joven de 14 años murió en la casa de Manuel o en otro lado y luego fue trasladada al patio de esa vivienda para enterrarla.
Luego de que declarara Manuel, el fiscal Clavero y el juez de Menores de Venado Tuerto, Javier Prado, inspeccionaron la casa del joven, que vivía con sus abuelos, su madre y el novio de ésta. Todos quedaron detenidos, aunque no se determinó la imputa--
ción. El fiscal pidió una prórroga de 24 horas para determinar el futuro judicial de la familia. Clavero confirmó que “fueron secuestrados elementos que son fundamentales como evidencia para el esclarecimiento del hecho”. Y detalló que “se halló ropa con sangre de la víctima”.
El final de la trama deja interrogantes en la Justicia, que por estas horas reúne elementos para confirmar algunas hipótesis que anoche tomaban cada vez más fuerza. Entre ellas, que Manuel M. no habría actuado solo en el crimen y que el asesinato de Chiara se habría planificado. Esa posición avala el padre de la víctima, Fabio Páez.
Estos dos puntos centrales de la investigación se sustentan en cómo fue encontrado el cadáver de la chica de 14 años. Estaba enterrado en un pozo de 80 centímetros en “posición fetal” – según el informe oficial–, que Manuel confesó que había cavado hacía unos días. Cuando los funcionarios judiciales le preguntaron ayer por la mañana por qué había hecho el agujero en el patio, respondió que “quería hacer pozos para practicar”. La otra pista que abona esta hipótesis es que Manuel no pudo haber matado a su novia sin que nadie en su casa lo escuchara. Y sin ayuda. En la espalda del joven se encontraron heridas. Se investiga sin son rasguños de defensa de la víctima.
Lo que se intenta desentrañar es el móvil del crimen. “No hay ninguna pista de drogas ni de extorsión. La hipótesis más firme es la de un crimen pasional”, apuntaron.
Hoy a las 9 está previsto que los fiscales, al mando del jefe regional de Venado Tuerto Alejandro Sinopoli, realicen la reconstrucción del hecho. La idea es que Manuel cuente en el lugar cómo mató a su novia.
Fabio Páez, el padre de Chiara, dijo que es “inexplicable tanta maldad y alevosía” y aseguró que “ni en una película de terror” ocurre algo así. El hombre dijo que el pozo no lo habría hecho el chico solo. “La familia lo ayudó, no sé si en el hecho de matarla, pero sí colaboró para esconderla”, apuntó Páez. “La gente que la mató, a las dos horas de que había muerto, llamaban a la madre para preguntar si la habían visto, es macabro. Me dijeron que el mismo día que enterraron a mi hija comieron un asado allí”, dijo el papá de Chiara. Además, mencionó que vecinos de la vivienda donde estaba enterrada su hija oyeron a la madrugada que Chiara gritaba y “pedía que no le peguen más”.