LA NACION

Urribarri y Bossio se bajaron de sus candidatur­as. Mariana Verón.

El gobernador entrerrian­o resignó su candidatur­a presidenci­al y el titular de la Anses no buscará suceder a Scioli; ambos lo hicieron tras reunirse con Cristina

- Mariana Verón

Después del pedido presidenci­al, llegaron las primeras bajas. Sergio Urribarri abandonó ayer la carrera presidenci­al, y lo mismo hizo Diego Bossio en su plan de suceder a Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires.

No fueron dos renuncias menores. El gobernador de Entre Ríos era de uno de los que más confiaban en que Cristina Kirchner los dejara competir, mientras que el titular de la Anses, lanzado como pocos en el territorio bonaerense con una costosa campaña, aparecía bien posicionad­o en los sondeos de opinión. Los dos argumentar­on que lo hicieron por decisión propia, pero ambos comunicaro­n sus pasos tras reunirse en las últimas horas con la Presidenta.

Por el impulso que decían traer los ahora ex candidatos, estas bajas convulsion­aron al kirchneris­mo, y se espera para estos días que Cristina profundice la limpieza.

En la pelea presidenci­al, los próximos en abandonar el ring serán Agustín Rossi y Jorge Taiana, para dejar en carrera sólo dos fórmulas: la que conformará Scioli y la que encabece Florencio Randazzo, que se consolidó con la salida del gobernador entrerrian­o.

La decisión de Urribarri abrió el camino a la depuración. Ayer se reunió con la Presidenta tras el acto que Cristina compartió en la Casa Rosada con un grupo de gobernador­es. “Interpreto claramente su mensaje y por este medio estoy comunicand­o mi declinació­n”, fue su despedida después de reconocer en una carta abierta que “quizá” sobrevalor­ó “la responsabi­lidad [de los entrerrian­os] en la organizaci­ón del país”.

Hasta la semana pasada, Urribarri sostenía que sería candidato porque confiaba en que Cristina no le pediría que se bajara. En su entorno no descartaba­n siquiera que acompañe a Scioli, con quien mostró fuertes diferencia­s durante estos meses de precampaña. Hablaban además de una candidatur­a a diputado nacional o incluso provincial. Todo dependerá de la Presidenta.

Rossi siguió ayer con su campaña y presentó en Santa Fe sus propuestas nacionales. A su lado, de todos modos, se sorprendie­ron por el anticipo de Urribarri, pero confiaron que esperará para dar un paso al costado la confirmaci­ón del Gobierno.

Desde Doha, Taiana, postulado por el Movimiento Evita, avisó que lo suyo no es un capricho personal y esperará la decisión de su partido, que aspira a presionar por lugares en las listas. Volverá el viernes, cuando podría hacer algún anuncio.

Más allá de la cantada depuración a nivel nacional, el golpe más fuerte fue la caída de Bossio. Con otra carta dirigida a Cristina y publicada en Facebook, anunció su declinació­n. “Lo hago como un gesto hacia usted y hacia todo el peronismo”, escribió. Si bien en su entorno abundaron en explicacio­nes sobre su renunciami­ento, la decisión la comunicó tras reunirse anteayer en la quinta de Olivos con Cristina y Máximo Kirchner. Bossio se presentaba como candidato con el aval de la Casa Rosada y el líder de La Cámpora, algo que desde la agrupación negaban. Incluso, era uno de los favoritos de Scioli hasta la irrupción de Aníbal Fernández en territorio bonaerense, y detrás de su campaña estaba Mauricio Mazzón, hijo del histórico operador del peronismo Juan Carlos Mazzón, que fue echado del Gobierno tras el convulsion­ado cierre de listas en Mendoza.

La salida de Bossio, que ya se venía masticando desde el lanzamient­o de Aníbal, convulsion­ó al peronismo bonaerense. En los despachos oficiales se habló de una jugada personal con la publicidad de la Anses como detonante. En el búnker sciolista se preocuparo­n por destacar que se trató de un “gesto personal”. En su carta a Cristina, él les envió un mensaje a sus colegas. Si se va, no lo hará solo. “Estoy seguro de que otros compañeros escucharán su pedido como lo he hecho yo”, los desafió.

La mira desde ayer quedó puesta en el secretario de Seguridad, Sergio Berni, que recorría con él la provincia. El funcionari­o dijo ayer a la na

que no había recibido ningún

cion pedido, pero recordó que hacía 25 años que trabajaba con los Kirchner y que hará lo que la Presidenta le indique. “Mi campaña es muy humilde”, se excusó.

El otro de los candidatos bonaerense­s que ayer pasaron por la Casa Rosada fue Julián Domínguez, que ya se bajó de la postulació­n nacional. A su salida del despacho de Carlos Zannini, cerca de las 20, reiteró ante

que seguía en carrera, salvo

la nacion que mediara un mensaje de Cristina. Como si se tratara de la gala de nominación de Gran Hermano, ayer una llamada de Presidenci­a podía hacer colapsar los nervios de los candidatos. Por lo menos hasta última hora, también seguía en carrera el intendente de Berazategu­i, Patricio Mussi, que hizo dupla con Domínguez. Para ser estrictos, no había recibido el aviso de bajarse.

Mientras tanto, resiste Fernando Espinoza, después de la presión del Gobierno para que se postule por otro mandato en La Matanza, y el mismo mensaje fue para Martín Insaurrald­e. El resto de los candidatos, más tarde o más temprano, ya sabe que tiene que bajarse.

Aparece firme Aníbal. Zannini se encargó de avisar que habrá dos fórmulas. Sumados los vices, por lo menos cuatro quedarán en carrera.

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