Nahón defendió la postura del Gobierno
La embajadora enfrentó un auditorio más heterogéneo y crítico que en otras ocasiones
WASHINGTON (De nuestra corresponsal).– Si bien se lo convocó para hablar de renegociación de deuda soberana en general, el debate de ayer fue la mayor exposición pública que, en esta ciudad, haya aceptado el Gobierno sobre su política en materia de renegociación de deuda externa y su actitud ante los “fondos buitre”.
Pese a que la cuestión es una de las que aparece siempre cuando se habla del país en esta ciudad, nunca hasta ahora voceros del Gobierno se expusieron a confrontar esa visión con la del mercado. Tampoco ante una audiencia heterogénea.
Tras casi dos años de perfil bajo, la embajadora Cecilia Nahón inició hace pocos meses una estrategia de mayor apertura. El puntapié inicial fue en la American University, con sede en esta ciudad. Al igual que ayer, allí compartió panel con Sean Hagan, del FMi. Pero fue ante una audiencia muy distinta, constituida, en su mayoría, por estudiantes de esa casa de estudios. No hubo en aquella ocasión periodistas expertos en cuestiones económicas –como el que expuso la cuestión de las estadísticas– ni visiones desde el mercado, como la que aportó el representante de la banca Morgan, o de la academia, como la que sumó Stiglitz.
Con el título “Reformar el futuro, lecciones de la reestructuración de deuda soberana”, el encuentro fue organizado por el Atlantic Council, un centro de estudios de creciente exposición en cuestiones de política internacional. Fue abierto y con participación potenciada a través de las redes sociales. Sobre la hora, la embajada argentina envió un correo electrónico en el que invitó a seguirlo a través de internet.
Hubo dos ausencias notables. Una, la del secretario de Finanzas, Pablo López, quien semanas atrás, confirmó su participación. No hubo explicación para una ausencia que obligó a Nahón a esa exposición.
La otra fue la ausencia total de un vocero que narre el trabajo que, en materia de renegociación de deuda externa, asumió la organización de las Naciones Unidas (oNU) y en el que el gobierno de Kirchner basa parte de su expectativa.