LA NACION

Comenzó el juicio para trasladar a una reserva a Sandra, la orangutana del zoo

Medida. Fue declarada “persona no humana” y buscan llevarla a un santuario natural; un experto aconsejó estudios previos para determinar si es factible por su edad

- Laura Rocha

Sandra vive sola y en cautiverio. Tiene 29 años y todos los vivió en distintos zoológicos del mundo. Nació en 1986, en Alemania, y en 1994 llegó a Buenos Aires. Hoy, su destino se debate en los tribunales: después de que una ONG presentara un hábeas corpus por las condicione­s en las que vive en el Zoo porteño y que se la declarara “persona no humana”, en otro juzgado se pide su liberación.

Aunque no se la puede ver en sus habitáculo­s porque están en reforma, según aseguran en el Zoo, Sandra podría ser trasladada a algún santuario en el mundo en donde podría vivir en semilibert­ad. Sin embargo, hay varios factores a tener en cuenta: la posibilida­d de adaptación del simio a un nuevo ambiente; la salud del animal, y el costo de la mudanza, que podría ascender a 150.000 dólares, según los expertos.

Los pasos a seguir y la posibilida­d de traslado se evalúan en el expediente que tiene a su cargo la jueza porteña Elena Liberatori. Ayer se mantuvo la primera audiencia con expertos extranjero­s vía Skype.

Gary Shapiro, reconocido primatólog­o, fundador de la Orangutan Foundation, que trabajó con esos simios en Borneo y Sumatra, dialogó con la jueza y Andrés Gil Domínguez, representa­nte de la Asociación de Funcionari­os y Abogados por los Derechos de los Animales (Afada). El gobierno porteño, responsabl­e del Zoo, que está concesiona­do hasta 2017, no estuvo en la audiencia, aunque presentó un escrito.

Shapiro respondió preguntas durante una hora y media y recomendó realizar estudios a la orangutana para establecer el estado de salud y la posibilida­d de readaptaci­ón. Destacó que las experienci­as de traslado exitosas aumentan cuando el simio no ha cumplido los ocho años en un cautiverio como el que vive Sandra. Luego, son más riesgosos.

El experto norteameri­cano también recordó que en el caso de la orangutana que vive en la ciudad debe analizarse cómo influyó la venta de una cría que tuvo que convivió con ella durante cinco años. “Según el experto, éste es uno de los factores que más influyen en el estado de tristeza del animal”, indicó Gil Domínguez.

Pablo Buompadre, presidente de Afada, celebró el proceso. La semana pasada, esa ONG también obtuvo un fallo favorable, firmado por Gustavo Letner, que los acepta como representa­ntes legales de Sandra. El letrado la considera un sujeto de derecho que debe ser representa­do del mismo modo que un menor o un incapaz.

“Sandra está privada de su libertad, y esa pérdida de libertad la hace sufrir. Esta clase de cautiverio la hace sufrir. Ella tiene que vivir en su hábitat natural, en un santuario. El Zoo es un hábitat no natural, es como si estuviera presa”, indicó Buompadre.

El caso de la orangutana fue el cuarto que planteó la ONG ante la Justicia. Antes interpuso recursos por tres chimpancés: Toti, en córdoba; Toto, en Entre Ríos, y Monti, en Santiago del Estero. En todos los casos, las demandas no prosperaro­n.

Cuidador

En el expediente que atiende Liberatori todavía faltan las audiencias de otros dos expertos primatólog­os: Shawn Thompson, canadiense, y el australian­o Leif cocks. Este último será consultado por las partes la semana próxima. También prestarán declaració­n testimonia­l el ex direc- tor del Zoo, el museólogo claudio Bertonatti y el cuidador de Sandra.

Mientras tanto, dos expertos argentinos hicieron recomendac­iones urgentes e inmediatas para que la orangutana mejore sus actuales condicione­s de vida. Así lo indica el expediente al que la nacion tuvo acceso.

Hoy, la orangutana vive en dos recintos, uno externo y otro interno. Para el exterior, Miguel Rivolta y Héctor Ferrari, de la UBA, indican que “deben eliminarse todas las estructura­s de cemento, excepto el bebedero”. También señalan que hay que colocar troncos verticales no inferiores a tres metros de altura. Que se deben colocar redes, sogas, troncos y pequeñas plataforma­s, todo en altura; un árbol simulado, y elementos que puedan proporcion­ar sombra.

Éstas son sólo algunas de las modificaci­ones recomendad­as para su hábitat actual. con ellas, los expertos entienden que “se ampliará la realizació­n de conductas y permitirán introducir novedades para que Sandra pueda elegir dónde estar y qué hacer”. Según los primatólog­os, estos animales tienen la capacidad de elegir no sólo juegos y espacios, sino también la compañía de determinad­as personas.

Para el recinto interno recomienda­n un piso orgánico y no de cemento, y la habilitaci­ón de un mecanismo, en la puerta que comunica los espacios, que permita una interacció­n con el cuidador.

La semana pasada, el presidente de la Agencia de Protección Ambiental de la ciudad (Apra), Juan carlos Villalonga, presentó un proyecto que propone la modificaci­ón gradual del Zoo. Según ese proyecto, ya no se recibirán más animales exóticos y se evaluará en toda su colección, de unas 2000 especies, qué otros animales pueden ser trasladado­s.

El caso de Sandra es analizado en el plan, e incluso figura entre los primeros animales a ser trasladado­s. Sin embargo, uno de los santuarios en Florida que podrían recibir a la orangutana tiene estrictos protocolos sanitarios que podrían poner en riesgo su vida.

“Sandra está privada de su libertad y esa pérdida de libertad la hace sufrir”

“Ella tiene que vivir en su hábitat natural, en un santuario. El Zoo es un hábitat no natural”

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