Aníbal Fernández elogia a Scioli para sucederlo
Dice que quiere seguir con lo hecho por el gobernador; criticó la utilización de Fayt
Aníbal Fernández se muestra confiado. Está seguro de la decisión que tomó y dice que lo hizo con el aval de Cristina Kirchner. “Empecé a levantar el teléfono y 80 intendentes estuvieron en mi lanzamiento. Algo dice eso, ¿ no?”, señaló el jefe de Gabinete, uno de los precandidatos a gobernador bonaerense que estará en las PASO del Frente para la Victoria.
Fiel a su estilo, el jefe de Gabinete protagonizó un diálogo picante, por momentos tenso, con Joaquín Morales Solá en el ciclo Conversaciones en la nacion. Habló de su campaña para suceder a Daniel Scioli, cuestionó a quienes defienden al juez de la Corte Suprema de Justicia Carlos Fayt y los acusó de utilizar al magistrado, afirmó que no tiene “trato” con el jefe del Ejército, César Milani, y calificó la denuncia del ex fiscal Alberto Nisman de “paparruchada”.
Además, se presentó como la continuidad del gobernador bonaerense en la provincia. “Quiero construir desde lo que hizo Daniel [ Scioli]. Ha hecho una muy buena gestión”, dijo el ministro coordinador.
Con los dedos entrelazados sobre las rodillas y el gesto adusto, Fernández se acomodó en el centro de la Redacción. Era su primera visita “en años” a este diario, que, según reconoció, lee desde que era “chiquito”.
Viene de tapa “Yo no cambié. Defiendo mis ideas. ¡El que ofende es usted!”, se justificó ante la insinuación de que había modificado su comportamiento a lo largo del tiempo; el ejemplo en discusión fue su posición sobre el ministro del máximo tribunal.
“No creo que ofenda al doctor Fayt, siento que lo defiendo. Están haciendo un desastre con él. Si viera cómo lo sacaron hoy [por ayer] de la casa da pena”, manifestó Fernández, que volvió a poner en duda la “idoneidad” del ministro del máximo tribunal de 97 años.
Según el ministro coordinador, es “público y notorio en el cuarto piso de tribunales [por el Palacio de Justicia] que el doctor Fayt no redacta, lo hace [el secretario general de ese cuerpo, Pablo] Hirschman”. Y agregó: “Dígame una causa en la que no coincida con el doctor [Ricardo] Lorenzetti”.
Cuando le recordó que
la nacion Fayt votó en disidencia en la causa del gigante petrolero norteamericano Chevron, el funcionario, que
todas las mañanas se destaca por su capacidad retórica, no supo qué contestar. “No lo tenía presente; puede ser un caso. No lo termino de comprender eso”, dijo dubitativo.
Y completó: “No es una persecución contra el doctor Fayt. Me preocupa mucho que un ministro de la Corte no cumpla con lo que tendría que cumplir. No va a trabajar”.
Ése fue el primero de los cruces que se dieron durante los 30 minutos que duró la entrevista.
–¿Por qué tuvo esa actitud de descalificar a Nisman cuando ya estaba muerto?
–Yo lo descalifiqué cuando estaba vivo. El mismo día que presentó la denuncia yo dije que era ridícula. Es más, si usted me pregunta internamente qué pensaba, ojalá hubiera podido debatir con él, porque no tenía dudas de que cuando se diera a conocer la denuncia se iba a demostrar que era una paparruchada.
El jefe de Gabinete, que volvió al cargo tras un breve paso por el Senado en marzo, fue aún más a fondo:
“Todo lo que Nisman hizo lo hubiera conducido inexorablemente a la cárcel”. Y cerró: “Los muertos no se santifican porque mueren”.
Fernández también se desentendió cuando le preguntaron sobre Milani, aunque aseguró que no realiza tareas de inteligencia interna. “Milani conduce el Estado Mayor del Ejército; no tengo trato con el general Milani. Cuando tengo que resolver algo lo hago con el ministro [por Agustín Rossi]. El Ejército hace tareas específicas que hacen a la defensa. No realiza inteligencia interna, no puede hacerlo.”
La pelea bonaerense
Tras la salida de la grilla de aspirantes del titular de la Anses, Diego Bossio, uno de los que tenían posibilidades ciertas de dar pelea, Aníbal Fernández está convencido de que será uno de los tres precandidatos en la interna bonaerense, donde aún quedan 10. Y aunque mantenga prudencia públicamente, todo indica que la pelea final será con el presidente de la Cámara baja, Julián Domínguez, y el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza.
De los otros siete, tres serán seleccionados como vicegobernadores, aunque esa decisión estaría reservada para la jefa del Estado. Ellos son el jefe comunal de Berazategui, Patricio Mussi; el secretario de Seguridad, Sergio Berni; el referente del Movimiento Evita, Fernando Navarro; el vice bonaerense, Gabriel Mariotto; la ministra de Gobierno, Cristina Álvarez Rodríguez; el presidente del Grupo Provincia, Santiago Montoya, y el intendente de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde.
Uno de los argumentos que utilizan sus rivales para condicionarlo es la alta imagen negativa que tiene el quilmeño, que desde su entorno aseguran que es producto de que “siempre pone la cara”. Pero lejos de preocuparse por las encuestas, Aníbal Fernández tiene la convicción de que podrá dar vuelta ese número. Incluso, fuentes cercanas al funcionario anticiparon a
la nacion que se redujo a la mitad.
Pese al elogio que realizó de la gestión de Scioli al frente de la provincia más poblada del país –donde se definen cuatro de cada 10 votos nacionales–, no quiso hacer pública su elección sobre los precandidatos a la presidencia. “Llegado el momento lo haré”, se justificó. A la hora de establecer las prioridades en un eventual gobierno, el jefe de Gabinete enumeró seguridad, salud, industrialización y políticas para el campo.
“Hay que hacer una fuerte inteligencia de seguridad”, detalló el ministro coordinador, que reconoció que el narcotráfico es un “problema que tiene que resolverse”, aunque, según dijo: “No ha crecido tanto como nos quieren hacer creer”.
El tiempo se agotó. “Lo teníamos que hacer divertido, ¡y lo hiciste!”, dijo cuando finalizó la entrevista.
la nacion Con el duelo terminado, Aníbal Fernández, el jefe de Gabinete de Cristina Kirchner y precandidato a gobernador, sólo asintió y sonrió. Santiago Dapelo