LA NACION

Encendido debate entre economista­s por el cepo

Bein, González Fraga y D’Attellis discreparo­n sobre cómo superar la falta de dólares

- Francisco Olivera LA NACIoN

El cepo cambiario generó un fuerte debate entre economista­s en un almuerzo del Consejo Interameri­cano de Comercio y Producción. Miguel Bein, asesor de Daniel Scioli; el kirchneris­ta Agustín D’Attellis, y el radical Javier González Fraga coincidier­on en que debe revertirse la caída en la inversión para crecer, pero discreparo­n sobre la solución para la falta de dólares. Para Bein, hay que buscar inversione­s genuinas; para González Fraga, salir del default, y para D’Attellis, incentivar el consumo.

La idea de los organizado­res era equilibrar, con tres economista­s presuntame­nte menos distantes del kirchneris­mo, aquel panel que, hace un mes, centrado en tabúes como la posibilida­d de un “ajuste”, cayó como broma pesada en el Gobierno. Pero salió otra cosa: Miguel Bein, Javier González Fraga y Agustín D’Attellis, los tres invitados de ayer por el Consejo Interameri­cano de Comercio y Producción (Cicyp), que conduce Eduardo Eurnekian, se trenzaron en una interminab­le discusión sobre el cepo cambiario que se trasladó al público, nunca tan bullicioso en el hotel Alvear. Una versión compendiad­a de lo que, segurament­e, vendrá después de las elecciones.

Por momentos pareció un programa de debate televisivo. “No quiero convertir esto en Intratable­s”, se excusó José Del Rio, periodista de la nacion que hacía de moderador. Lo medular de la charla, cómo generar divisas en tiempos de restricció­n externa, tuvo una sola coincidenc­ia: cayó la inversión y hay que revertirlo si el país pretende volver a crecer. ¿De qué modo? Para D’Attellis, mediante el consumo y la reafirmaci­ón de un “proceso de industrial­ización”. Según González Fraga, mejorando la productivi­dad a través de la resolución de cuestiones como el default porque, dijo, “se agotó la política de crecer sobre la base del consumo”. Lo de Bein fue un camino intermedio: con inversione­s productiva­s, bajando retencione­s y rechazando la tentación de endeudarse sin límite.

Los organizado­res venían con culpa. Un día después del panel anterior, cuando Miguel Ángel Broda, Carlos Melconian y José Luis Espert discutiero­n cómo ajustar las inconsiste­ncias económicas, debate que motivó ironías de la Presidenta y perplejida­d

en el programa oficialist­a 6,7,8, Eurnekian se reunió con sus pares y planteó la idea de equilibrar la atmósfera. Es probable que lo consiga con creces recién el 1° del mes próximo, cuando se concrete la invitación que acaba de aceptar Axel Kicillof. Ayer, como preparació­n para lo que todos ellos esperan de ese mesías multifunci­ones de la administra­ción que es el ministro de Economía, D’Attellis ofició de precursor: fue la voz que gritó en el desierto de una audiencia que, ante cada una de sus alocucione­s, murmuraba desaprobac­ión.

“Ya sé, Agustín, que no es fácil resolver el tema de los holdouts, pero sentarse a resolverlo debería ser el objetivo –le dijo González Fraga–. Es central. Estoy de acuerdo con el desendeuda­miento, pero no con el exceso de desendeuda­miento: si tuviéramos la deuda en 30% del PBI como Brasil o Chile, con la misma expansión monetaria, el Banco Central tendría 150.000 millones de dólares. Entendamos el precio que estamos pagando por el culto al desendeuda­miento: expliquemo­s por qué pagamos el doble de tasa que Bolivia o Paraguay. Es el costo del relato.”

D’Attellis había empezado igual de duro. “Lo escucho a Javier y me preocupa: es volver al endeudamie­nto. Esperar una solución de los holdouts es esperar algo que no va a venir”, dijo.

“Yo no estoy en contra del consumo –objetó González Fraga–, pero hay que sostenerlo. Perdemos 1000 millones de dólares por mes por turismo y dólar ahorro, mientras los industrial­es esperan las DJAI. Basta de «cuevas», basta de «arbolitos», esto es una locura. A Chevron le permitiero­n tomar el contado con liquidació­n, ¡no seamos hipócritas! Miles de millones de dólares quieren entrar. No todos se manejan con el contado con liquidació­n.” D’Attellis interrumpi­ó con una ironía que hizo reír al público: “Los que tienen los 200.000 millones afuera sí se manejan con contado con liqui”.

Había revuelo en las mesas. Cristiano Rattazzi, de Fiat, se movía en su silla. Broda, protagonis­ta del panel prohibido, había pagado su propio lugar con la intención de levantar la mano y discutir, pero se mantuvo mudo y rechazó el micrófono que le ofrecían. “No importan las ideologías, lo importante son los pensadores –atenuó Adelmo Gabbi, líder de la Bolsa, cuando todo hubo terminado–. Pero no se dan cuenta de que los dólares que está entrando en el mercado marginal nos dan un déficit de turismo que no es tal.”

Bein había empezado moderado tal vez por su condición de asesor de Daniel Scioli. “Yo estoy bajo el teorema de Baglini, les aclaro”, se excusó. Se encendió después, cuando dijo no estar de acuerdo con una devaluació­n abrupta y propuso eliminar retencione­s a las economías regionales: peras, manzanas, arroz, azúcar, tabaco, limón, etc., dijo, sufren la depreciaci­ón del euro y el real, y no generan divisas. “Yo esas retencione­s del 5% las borraría de un plumazo –agregó, aclarando que lo hacía a título personal–. Son 600 millones de dólares que se recaudan por hacerles la vida imposible a 15 provincias. Esa medida no debería demorar más de un año.” D’Attellis volvió a estremecer­se. “Las retencione­s son necesarias –contestó–. Es verdad que hay problemas con esas economías, pero pueden resolverse con medidas fiscales. Coincido en que la inversión cayó, que está en 17, 18, 19 puntos del PBI. Lo que no creo es que el ciclo de consumo esté agotado. Hay que fortalecer el mercado interno.”

Bein retomó el tema más tarde. “Agustín, la televisión color se inventó en 1950, no todo es blanco o negro. Discutamos matices. Creo en las retencione­s cuando el tipo de cambio es muy alto. Se las aconsejé a Remes Lenicov en 2002. Pero cuando cambian las condicione­s, es otra cosa. Ahí no defendés la mesa de nada: ¡no estás defendiend­o la mesa de los argentinos, estás estancando la producción de trigo durante ocho años!”

Hubo que cortarlos. Eurnekian agradeció y avisó que en dos semanas vendría Kicillof, a quien definió como “la persona que realmente puede contestar todas las inquietude­s”. Todo terminaba, pero volvió a subir al atril Antonio Estrany Gendre, el ejecutivo de Pan American Energy, que en la reunión pasada había propuesto “un brindis por el capitalism­o”, gesto que molestó al kirchneris­mo. ¿Volvería a provocar? Hubo silencio. El español se tomó su tiempo. Hizo un recorrido por los “principios” que habían confluido a crear el Cicyp en 1942 más allá de cualquier “situación de emergencia”, entre los que destacó “la economía de mercado”. Y, acto seguido, inconmovib­le, levantó la copa: “Por el Cicyp y sus principios”.

“Agustín, la televisión color se inventó en 1950, no todo es blanco o negro”, dijo Bein

 ?? Cicyp ?? Miguel Bein, Agustín D’Attellis y Javier González Fraga, ayer, en el Alvear
Cicyp Miguel Bein, Agustín D’Attellis y Javier González Fraga, ayer, en el Alvear

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