LA NACION

Coparon una comisaría y luego robaron un banco

Un grupo comando asaltó la seccional de General Lagos, un pueblo situado a 20 km de Rosario. Se llevaron armas y un patrullero para poder robar el banco del lugar.

- Germán de los Santos

ROSARIO.– Poco antes de las 7, mientras el sol luchaba contra la neblina, en la subcomisar­ía 13ª de General Lagos, un pueblo de 5000 habitantes que está situado a 20 kilómetros de Rosario, irrumpiero­n dos hombres armados, vestidos de policías. Les fue fácil y rápido tomar esa dependenci­a policial, donde sólo había de guardia una sargento de 40 años, a la que ataron con alambres a una silla. Uno se quedó para custodiar a la mujer, mientras que el otro ladrón huyó con las armas –dos pistolas 9 mm, dos escopetas 12.70, tres ametrallad­oras FMK3 y chalecos antibalas– en un patrullero con cuatro cómplices y otro auto.

Sólo viajaron cinco cuadras, hasta la puerta del banco Credicoop, donde esperaba el policía de guardia

que presta allí servicios adicionale­s. El patrullero arribó con las luces celestes de la sirena encendidas, y el guardia cayó en el engaño. También a él lo redujeron y lo metieron dentro del móvil.

Los ladrones tenían claro que si estacionab­an el patrullero junto a la vereda de la entidad bancaria el tesorero del banco entendería que todo estaba en orden. Y así ocurrió. Pero ese protocolo de seguridad que usaba el directivo del banco se hizo añicos cuando, confiado, bajó de su auto. Apareciero­n los asaltantes, que lo redujeron en la puerta del banco y mientras le apuntaban con sus armas lo obligaron a entrar en el local situado en San Martín 979.

Los nueve empleados bancarios que preparaban su rutina diaria para comenzar a trabajar fueron obligados a tirarse al piso. Llevaron al directivo del banco al tesoro y le pidieron que abriera la caja fuerte más chica, donde se guarda el dinero de la línea de cajas. Embolsaron unos 50.000 pesos. Le exigieron al gerente que abriera la bóveda grande. Pero él les explicó que no podía, porque por un protocolo de seguridad la puerta del tesoro se activaba recién a las 8. Incluso les preguntó a los asaltantes si querían que la activara. Pero los ladrones desistiero­n de esa opción y huyeron en los dos vehículos con el dinero del que ya se habían apoderado.

Unas dos horas después, apareció el patrullero robado –un Corsa Classic– en un camino rural cercano a Pueblo Esther. La policía de la jurisdicci­ón hizo un operativo cerrojo, pero no pudo atrapar a los ladrones. Ya era demasiado tarde.

Marcelo Marcos, director de la Policía de Investigac­iones (PDI), explicó a que “esta metodologí­a

la nacion de robo de bancos se hace en los pueblos pequeños”.

“En las localidade­s más chicas, el banco abre con custodia policial. Hay otros casos en los que pasó lo mismo que en General Lagos. Por eso es imprescind­ible para los asaltantes desactivar la comisaría”, apuntó Marcos, quien recordó las grandes similitude­s de este caso con el asalto al banco Macro en San Jerónimo Sud, en julio de 2013.

En ese pueblo, situado unos 30 kilómetros al oeste de Rosario, hace dos años, un grupo de asaltantes tomó la comisaría, donde robó un patrullero y ropa de los policías, para luego asaltar la sucursal del banco Macro. Se llevaron unos 100.000 pesos. Incluso hasta el horario es similar: este robo se concretó a las 6.45, unos minutos antes de que abriera la entidad bancaria.

En el gobierno provincial, corrió un fuerte malestar por los despachos oficiales. Un robo de estas caracterís­ticas en plena campaña electoral –falta un mes para las elecciones generales– genera preocupaci­ón, ya que uno de los ejes proselitis­tas lo ocupa la insegurida­d. El 8 de mayo pasado hubo un asalto a la sucursal del Banco Municipal en Empalme Graneros, en el noroeste rosarino. Fue la tercera sede de esa entidad que fue blanco de robo en menos de un mes.

El fiscal general Jorge Baclini decidió unificar las investigac­iones judiciales para indagar si existe relación entre los distintos golpes.

Inteligenc­ia

La fiscal Viviana O’Connel explicó que el robo a la sede del Credicoop en General Lagos “fue un hecho que tuvo una tarea de inteligenc­ia previa, y en el que actuaron entre cuatro y seis personas”. Señaló que los ladrones “no pudieron acceder al tesoro del banco porque faltaban 50 minutos para que se abriera la bóveda”.

El secretario de Seguridad de Santa Fe, Gerardo Chaumont, aseguró a este diario que “todos los policías [cinco] que se desempeñab­an en la subcomisar­ía 13ª, excepto la suboficial que fue sometida en el asalto”, fueron pasados a disponibil­idad, porque “es inaudito que en una seccional haya una sola persona de guardia”.

El funcionari­o, ex subjefe de la Gendarmerí­a, recordó que en lo que va del año fueron pasados a disponibil­idad más de 250 policías.

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Marcelo manera En la subcomisar­ía de General Lagos, el grupo comando redujo a una sargento y la ató con alambres

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