LA NACION

“Me siento muy bien y no pienso renunciar”

Lo aseguró Fayt en un diálogo con en la nacion su despacho de la Corte

- Adrián Ventura

“Estoy en perfecto estado. Me siento muy bien y no pienso renunciar”, le dijo el ministro Carlos Fayt en su despacho a la nacion.

A los 97 años, aun cuando su semblante denota el cansancio propio de la edad avanzada, este singular magistrado – que toda su vida fue un brillante jurista, juez y catedrátic­o de derecho político– conserva su lucidez y su impecable vocación por el trabajo.

Quienes conocen a Fayt, un hombre forjado en la tradición socialista, saben que siempre estuvo realmente convencido, cuando fue nombrado en la Corte, de que llegaba al cargo que ocupa desde hace más de 30 años para “servirle a su país”, algo que él siempre repite con la mejor buena fe. Para él, atacar a la Corte equivale a atacar al sistema republican­o, suele explicar preocupado.

Poco antes de las 10, el juez había salido de su casa caminando, acompañado de sus secretario­s. “Estoy bien; voy a Tribunales”, dijo el ministro ante las pocas cámaras de televisión que lo aguardaban, mientras se subía al auto que lo trasladó. Poco después, ingresó en el Palacio de Justicia por la Alcaidía situada sobre la calle Lavalle al 1300.

Pero cuando llegó al cuarto piso, sede de la Corte, Fayt no pasó por su despacho, donde lo esperaban, sino que se dirigió directamen­te al Salón de Acuerdos. Allí, junto con Ricardo Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda y Elena Highton de Nolasco, se firmó la nueva acordada, que ratifica a Lorenzetti como presidente del tribunal y también otros muchos fallos.

Cuando finalizó la reunión, Fayt les explicaba a sus colaborado­res que Lorenzetti lo había recibido con mucha calidez y que, una vez finalizado el acuerdo, también les había transmitid­o a sus secretario­s que la Corte lo apoyaba.

Fayt es consciente de que el Gobierno quiere su vacante. No guarda rencor. Pero todo indica que no concurrirí­a a una citación, opinan quienes lo asesoran.

Ocurre que el proceso de juicio político contra un presidente, un vicepresid­ente o un juez de la Corte Suprema sólo puede iniciarse en la Cámara de Diputados, con el voto de dos tercios de los legislador­es: 172 sobre un total de 257, si concurren todos a la sesión.

Investigac­ión irregular

El Frente para la Victoria, como no tiene esa mayoría especial, pretende avanzar en su objetivo de desplazar a Fayt del máximo tribunal a través de la Comisión de Juicio Político, con mayoría simple, para hacer una investigac­ión que el plenario de la Cámara baja nunca votó. Concurrir a una eventual invitación de esa comisión sería convalidad una actuación irregular. Ayer, incluso el periodista Horacio Verbitsky la puso en tela de juicio y dijo que no concurrirí­a a la citación.

Desde la calle, y por el ventanal entreabier­to del despacho de Fayt, que da sobre la calle Talcahuano, llegaban fuerte ayer cerca del mediodía las expresione­s de apoyo de cientos de abogados que habían sido convocados por las agrupacion­es Será Justicia y Abogados Pluralista­s.

“Yo no los llamé ni los convoqué. Son abogados que vinieron solos. Quieren una Justicia independie­nte”, le dijo Fayt a uno de sus colaborado­res. Estaba orgulloso, sentado frente a algunos expediente­s que había firmado minutos antes.

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