LA NACION

Forzados por el FPV, macristas y massistas abren una vía de diálogo

Sus operadores cenaron el domingo, en Tigre; temen que el oficialism­o se quede con todo

- Marcelo Veneranda

Mientras se miran de lejos en público, Mauricio Macri y Sergio Massa abrieron, en secreto, un canal de diálogo para tantear la posibilida­d de un acuerdo. El encuentro, confirmado ayer a la nacion desde ambas orillas, ocurrió el domingo, en Tigre, y tuvo como embajadore­s al ministro de gobierno porteño, Emilio Monzó, y a los intendente­s massistas Joaquín De la Torre (San Miguel) y Mario Meoni (Junín).

Lo que se ofrecieron no convenció a ninguna de las partes. Pero la novedad no sólo pasa por el canal de comunicaci­ón abierto, sino también por lo que el encuentro deja al desnudo: que el líder del Frente Renovador (FR) y su par de Pro comparten la impresión –o el temor– de que el kirchneris­mo se encuentra en condicione­s de retener tanto la Casa Rosada como la gobernació­n bonaerense, a menos que hagan algo.

La solución que Monzó llevó a la cena del hotel interconti­nental, de Nordelta, era sencilla: que Massa deponga su candidatur­a presidenci­al, mientras pueda hacerlo con “dignidad”. Los massistas no recuerdan haber escuchado un ultimátum, sino un pedido: que el tigrense se postule para la gobernació­n bonaerense, con la boleta de Macri. “Si no, la charla no hubiera durado 40 minutos”, explicaron.

Meoni y De la Torre, que venían de la casa de Massa, donde se habían reunido los intendente­s Gabriel Katopodis (San Martín), José Eseverri (Olavarría) y los diputados Felipe Solá y Graciela Camaño, le llevaron a Monzó una propuesta distinta: que Massa y Macri compitan en una gran PASO opositora. “Eso o nada”, habrían sacado pecho, para que Monzó no olfateara debilidade­s.

La invitación de Monzó a los intendente­s del FR –revelada ayer por el sitio La Política Online– desnuda el interés de Macri por tener una mejor opción que María Eugenia Vidal como candidata bonaerense. Según los massistas, hasta las propias encuestas de Pro le dan a la vi Cuando cejefa de gobierno porteño no más de 16 puntos.

El diputado Francisco De Narváez, aliado de Massa, podría resolver esa carencia de Pro, aunque desde ambos sectores afirman que el encono que comparten Macri y “el Colorado” se mantiene intacto.

Anteayer, De Narváez salió públicamen­te a abogar por la propuesta de Meoni y De la Torre: una gran interna opositora, tanto provincial como nacional, como única herramient­a para evitar que el kirchneris­mo se lleve todos los premios, y en primera vuelta.

Aunque el plazo para presentar alianzas vence el 10 de junio, Macri y Monzó no tendrían apuro por forzar un acuerdo con el FR: si continúan las desercione­s en la tropa del tigrense, los márgenes de una negociació­n se harán cada vez más provechoso­s. O innecesari­os, en el extremo.

Ese análisis es rechazado de plano en Tigre, donde sostienen que Massa no bajará su candidatur­a presidenci­al y que, aún en el peor escenario, mantendrán los votos que Pro no tiene en la provincia.

Para Pro, en cambio, bastará que Macri supere a Massa para que los votantes del tigrense se vayan con el jefe de gobierno, con la intención de apoyar a un candidato que pueda derrotar al kirchneris­mo.

Por el contrario, en Tigre consideran que Massa y Macri se disputan un sector del electorado, pero que el grueso de sus votantes no son intercambi­ables. De hecho, creen que si el tigrense quedara lejos de Macri y sin chances de pelear la Presidenci­a, sus votantes estarían más tentados por apoyar a un candidato peronista que a Pro. Y no sólo en la provincia de Buenos Aires.

“De cada diez votantes de Massa, ocho se irían con [Daniel] Scioli antes que con Macri”, indicó a la nacion uno de los comensales del domingo, quizás exagerando la proporción. “La única forma de identifica­r a los votantes de un candidato con el otro es una PASO”, completó la fuente, que alertó: “El riesgo del razonamien­to de Pro es que, con dos opciones dividiendo el voto opositor, el kirchneris­mo consiga 40 puntos en primera vuelta y diez puntos de distancia con el segundo. Así, se quedan con todo”.

“La puerta sigue abierta”, completaro­n las fuentes. Queda menos de un mes para cruzarla.

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