LA NACION

el fútbol llora por emanuel ortega

Murió el jugador de 21 años; se había golpeado contra un muro

- Alejandro Casar González LA Nacion

Emanuel Ortega estaba enamorado de la pelota. Por el fútbol había cambiado Talleres de Perico, en su natal Jujuy, por Sagrado Corazón, en Rosario. Por el fútbol, en 2011, llegó a la pensión de Banfield. Por el fútbol, en el verano pasado, había pasado a préstamo a San Martín de Burzaco, de la primera C. Por el fútbol, Ortega había jugado contra Juventud Unida como lateral derecho, aunque su puesto natural era por la otra banda. A los 44 minutos del primer tiempo, había decidido salir jugando e intentar superar la marca de Alexis Valenzuela, el delantero que debía marcarlo. Por el fútbol, la cabeza de Ortega impactó contra el paredón. Y allí se quedaron los sueños del “Burrito” –así le decían por ser Ortega, por ser jujeño–, un furioso hincha de Racing a quien ex entrenador­es y compañeros calificaba­n como “un ser humano excepciona­l”.

Pasaron 11 días de agonía. Primero, en el hospital Lucio Meléndez, de Adrogué. Después, en el Sanatorio Trinidad Mitre, de Balvanera, hacia donde lo había trasladado el club dueño de su pase, Banfield.

En todo este tiempo, Emanuel no recordó qué le había pasado en la cancha. Tenía las secuelas del golpe: un dolor punzante que obligaba a los médicos a sedarlo. Sabía quién era. Dónde estaba. Pero no recordaba por qué. Sus padres vinieron a la Capital tres días después del accidente y pudieron verlo consciente. Hasta que en la madrugada del miércoles 5 debieron operarlo para disminuir la presión intercrane­al. Quedó en coma inducido y no se despertó jamás.

Falleció en la madrugada de ayer, en el quirófano, y mientras los médicos intentaban operarlo por segunda vez. Sus padres decidieron que no hubiera velatorio, pese a que tanto Banfield como San Martín de Burzaco se pusieron a disposició­n de la familia. Su cuerpo será trasladado hoy al mediodía a Perico, Jujuy, el lugar del que Ortega había partido empujado por la pelota.

“Era un chico que transmitía pureza, transparen­cia. Su sueño era la pelota. Vivía para eso”, relata Oscar Caracciolo, el dirigente de Banfield que acompañó a Ortega y a su familia en los últimos días. Pedro Soma, el veterano captador de talentos del Taladro que descubrió a Ortega en Rosario, le sopla a Caracciolo las caracterís­ticas del malogrado joven. “Un lateral que tiraba centros con las dos piernas y tenía unas condicione­s bárbaras”, recuerda Caracciolo. “Parecido a (Luciano) Civelli”, le aporta Soma.

A fines de 2014, el Burrito había sido uno de los tres integrante­s de la categoría 94 de Banfield en firmar el primer contrato profesiona­l con el club. Lo habían cedido a San Martín de Burzaco porque le veían futuro. Querían que practicara fútbol. “Yo lo incorporé al club”, evoca Gustavo Barreiro, a quien todos conocen como “el Gallego”. “Lo dirigí dos años (en quinta y sexta). Jugaba de tres, pero es derecho... no quiero hablar en pasado”. A Barreiro le duelen los recuerdos: “Lo fiché porque le vi técnica. Todo lo demás se puede trabajar. Y no son muchos los que manejan las dos piernas, como él”, dice Barreiro, que trabaja en Banfield desde hace 28 años y llegó a ser DT interino de la primera. “Emanuel dejó a su familia y a los afectos por un sueño. Se entrenaba a full y era un ser humano excepciona­l. Ojalá que la ida del Burrito sirva para algo”, reclama.

La noticia de la muerte de Ortega dejó en estado de shock al fútbol argentino. Uno de los más afectados fue Alexis Valenzuela, el delantero de Juventud Unida que fue protagonis­ta de la última jugada del defensor jujeño. “A las 4.30 me sonó el celular. En el grupo de WhatsApp que tenemos con los compañeros del equipo, el capitán mandó un mensaje contando la noticia. La verdad... me quedé helado. Empezaron a mandarme mensajes mis compañeros para que estuviera tranquilo. Es una lástima lo que pasó”, contó Valenzuela en La Red.

En los escritorio­s de la AFA, la noticia repercutió con fuerza. “Estoy triste, vapuleado. Esto nos golpea a todos, teníamos muchas esperanzas de que se recuperara. Sabíamos que la evolución era lenta, pero no esperábamo­s este desenlace”, dijo Fabián Lovato, presidente de San Telmo y representa­nte de la Primera C, en TyC Sports. Parecía improbable que la categoría en la que militaba Ortega disputara sus partidos del fin de semana.

Con el correr de las horas, la AFA extendió la suspensión a todas las categorías y al fútbol del interior. “Hablé con algunos dirigentes y convenimos que había que reprograma­r la fecha y que no haya fútbol. El acuerdo es de todos”, dijo Luis Segura en una improvisad­a conferenci­a de prensa en la puerta del edificio de la AFA. El destino, que hace y deshace a su antojo, quiso que la muerte de Ortega se confirmara justo en el Día del Futbolista.

55 son los partidos de todas las categorías de la AFA que fueron postergado­s por la muerte de Ortega. La fecha 13 de primera se jugará entre el 22 y el 24 de mayo.

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Captura de tv La escena del golpe que se dio Emanuel Ortega contra el paredón de la cancha
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