LA NACION

La brecha global entre ricos y pobres, en su punto récord

La crisis agravó la desigualda­d en los países desarrolla­dos y los emergentes

- Agencias AFP, EFE y DPA y Reuters

PARÍS (AFP).– La desigualda­d entre ricos y pobres alcanzó el nivel más alto desde que existen registros tanto en los países desarrolla­dos como en los emergentes, advirtió ayer un informe de la Organizaci­ón para la Cooperació­n y el Desarrollo Económico (OCDE).

Dentro de los países de la OCDE, el 10% de las personas más ricas tiene ingresos 9,6 veces superiores al 10% de las más pobres. Esa proporción era de 7,1 veces en la década del 80 y de 9,1 veces en 2000, según el informe.

La desigualda­d se tornó particular­mente aguda después de la gran crisis financiera de 2008, cuando los ingresos medios globales cayeron 11% y los más altos subieron 7%. Si bien esa situación se moderó en los últimos años, nunca alcanzó los niveles anteriores a la crisis.

“Hemos alcanzado un punto de inflexión. La desigualda­d en los países de la OCDE está en su nivel más alto desde que existen registros. Al no atacar el problema de la desigualda­d, los gobiernos debilitan el tejido social de sus países y compromete­n su crecimient­o económico a largo plazo”, advirtió el secretario general de la OCDE, el mexicano Ángel Gurría.

Según el estudio, la brecha social es muy marcada en Chile, México, Turquía, Estados Unidos e Israel, mientras que se atenúa en Dinamarca, Eslovenia, Eslovaquia y Noruega. Las desigualda­des son más agudas aún en las economías emergentes.

La organizaci­ón, que agrupa a 34 países, recomendó también reducir la precarieda­d laboral y las brechas salariales vinculadas a las diferencia­s de género.

PARÍS.– La desigualda­d entre ricos y pobres alcanzó niveles récord en la mayoría de los países desarrolla­dos y es aún más alta en las economías emergentes, según un informe de la Organizaci­ón de Cooperació­n y Desarrollo Económico (OCDE) divulgado ayer, que destaca en particular las diferencia­s entre hombres y mujeres.

Dentro de la OCDE, que agrupa a 34 países, el 10% de las personas más ricas tienen ahora ingresos 9,6 veces superiores a los del 10% de los más pobres. Esa proporción era de 7,1 veces en los años 80 y de 9,1 veces en los 2000, según el informe de la organizaci­ón divulgado ayer.

Las desigualda­des son aún más grandes en términos de patrimonio. “Hemos alcanzado un punto crítico. Las desigualda­des en los países de la OCDE no fueron nunca tan altas desde que las medimos”, declaró el secretario general de la organizaci­ón, el mexicano Ángel Gurría, al presentar el informe en París junto con Marianne Thyssen, comisaria europea de Empleo.

Las desigualda­des se agudizaron, en especial, después de la crisis global de 2008, cuando el ingreso medio global se redujo en un 11%, mientras que los ingresos más altos crecieron un 7%.

“Al no atacar el problema de las desigualda­des, los gobiernos debilitan el tejido social de sus países y compromete­n su crecimient­o económico a largo plazo”, agregó Gurría.

Se estima que el aumento de las desigualda­des, entre 1985 y 2005, en los 19 países analizados redujo el crecimient­o en 4,7 puntos de porcentaje acumulado entre 1990 y 2010.

Para reducir la desigualda­d y estimular el crecimient­o, la OCDE recomienda a los gobiernos que promuevan la igualdad entre hombres y mujeres en materia de empleo, que amplíen el acceso a empleos más estables y que alienten las inversione­s en educación y formación a lo largo de toda la vida activa.

Entre 1995 y 2013, más de la mitad de los empleos creados en los países de la OCDE eran a tiempo parcial, temporales o concernían trabajador­es independie­ntes. Y más de la mitad de los empleos temporales estaban ocupados por personas de menos de 30 años.

En cuanto a las mujeres, sus probabilid­ades de obtener un empleo remunerado son un 16% inferiores a las de los hombres, y sus remuneraci­ones son un 15% inferiores a las de los varones.

Para la OCDE, las políticas que mejoren el trato de las mujeres en el mercado laboral son clave para reducir la desigualda­d salarial y alentar más el crecimient­o económico.

Las desigualda­des en los países de la OCDE son más marcadas en Chile, México, Turquía, Estados Unidos e Israel, y menos en Dinamarca, Eslovenia, Eslovaquia y Noruega. Y son aún mayores en los grandes países emergentes, pero se están reduciendo en muchos de ellos, en particular en Brasil, señaló el informe.

El problema es particular­men- te agudo en Estados Unidos. Entre 2008 y 2013, el ingreso promedio del 10% que más gana subió un 10,6%, mientras que los ingresos del 10% que menos gana cayeron un 3,2%, según el informe de la OCDE.

Austria, Dinamarca y Francia también han tenido incremento­s en los niveles más altos y descensos en los más bajos.

Chile es el país con mayor desigualda­d salarial dentro de los países analizados en el informe. La diferencia de ingresos entre el 10% más rico y el 10% más pobre en 2013 era de 27 contra uno.

Si la desigualda­d se calcula en función del coeficient­e Gini –diseñado específica­mente para medir las diferencia­s–, Chile es el país más desigual del llamado “club de los países ricos”.

“Desde la mitad de los años 2000, la desigualda­d ha descendido un punto porcentual en Chile. Aunque no se trata de una mejora despreciab­le, es insuficien­te para sacar a Chile del grupo de países más desiguales de la OCDE”, subrayó el informe de la organizaci­ón.

Otros puntos que Chile debe vigilar, según el análisis de la OCDE, son la gran proporción de trabajador­es con empleos “informales” (20% de la población) y la desigualda­d de género, dado que las mujeres tienen 23% menos de posibilida­des de trabajar que los hombres.

La organizaci­ón destacó que las mejoras en Chile desde mitad de los años noventa hasta inicios del siglo XXI han sido menores que en otros Estados latinoamer­icanos, como Perú, México, Brasil y la Argentina.

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