LA NACION

La Argentina enfrenta a Griesa en otro juicio

Un megabufete compró el litigio y cuestiona la estatizaci­ón de YPF

- Pablo Fernández Blanco

La Argentina parece condenada a chocar varias veces con la misma piedra (o el mismo tribunal). Una demanda contra el país e YPF por la estatizaci­ón de la petrolera, que aún no fue cuantifica­da, pero que se estima que será millonaria, acaba de ser presentada en Estados Unidos por un gigantesco estudio de abogados dedicado a comprar juicios en cualquier parte del planeta. Por sugerencia de los demandante­s, el expediente recaló en el despacho del juez Thomas Griesa, el más criticado por el gobierno de Cristina Kirchner debido a su fallo en favor de los fondos buitre.

El mes pasado, Burford Capital Limited, un megabufete con activos por más de 500 millones de dólares, presentó en la Corte del Distrito Sur de Nueva York una demanda contra la Argentina por el supuesto incumplimi­ento de compromiso­s asumidos con accionista­s de YPF. El Gobierno enfrenta la acusación de no haber respetado el estatuto de la empresa en el momento de la estatizaci­ón, en abril de 2012.

Los reglamento­s de YPF indican que cualquier adquisició­n de una porción de control de la petrolera (como la que tomó el Estado, del 51%) obliga a hacer una oferta por todas las acciones, algo que no ocurrió.

Burford encabezó la demanda a través de las firmas Petersen Energía Inversora y Petersen Energía, que la familia Eskenazi había creado en España junto a otra bajo las leyes australian­as con la intención de esquivar el riesgo argentino y obtener créditos de Repsol (la anterior controlant­e de YPF) para comprar una parte de la compañía, en 2008.

Tras la estatizaci­ón, ambas empresas quebraron y la justicia española les vendió la posibilida­d del juicio a quienes hoy querellan contra el país para sumar fondos y pagarles a los acreedores.

La familia local, por su parte, perdió relación con ambas compañías.

La demanda de Burford se presentó en Nueva York el 8 del mes pasado. Según el expediente, que vio la nacion, el mismo día fue referido al juez Griesa.

Un documento presentado por Petersen Energía y Petersen Energía Inversora pide que sea tratado por el magistrado neoyorquin­o porque le había tocado un caso que los demandante­s consideran relacionad­o. Se refieren a una demanda que presentaro­n Repsol y el fondo Texas Yale Capital Corp en mayo de 2012, días después de la estatizaci­ón de la petrolera. La causa se terminó por acuerdo voluntario entre las partes en mayo del año pasado.

Fuentes que asesoran al Estado en este tema consideran que se trata de un antecedent­e favorable para el país y que el litigio debería definirse sin sobresalto­s para la Argentina. Sin embargo, el contexto en esta ocasión parece ser distinto. Sucede que Repsol retiró la demanda luego del acuerdo con el Gobierno por el cual recibió 5000 millones de dólares en bonos por el pago de sus acciones expropiada­s. Ahora, en cambio, Burford compró el litigio con la intención de sacarle el mayor provecho posible.

El 21 de abril Griesa cedió el caso al juez Frank Maas. Según fuentes judiciales, aún en una etapa incipiente, se trata de un procedimie­nto habitual en la justicia norteameri­cana.

Maas actuará como “juez magistrado”, encargado de cuestiones preliminar­es como, entre otras cosas, cursar los pedidos de informació­n. Luego el juez principal, en este caso Griesa, definirá sobre las cuestiones sustancial­es.

El 12 de este mes, los demandante­s pidieron que el juzgado acepte como abogado a Reginald R. Smith (con matrícula de Texas, otro distrito). En la jerga de los tribunales, se considera un tiburón de la profesión, especializ­ado en disputas globales. Maneja esa área en el estudio King & Spalding. Hasta el momento, el último punto del expediente es la autorizaci­ón de su ingreso en el caso, que fue autorizado por Griesa en una nota del jueves pasado.

Estatuto y estatizaci­ón

Los demandante­s aprovechar­on algunas desproliji­dades del Gobierno al momento de la estatizaci­ón de YPF. Algunas de ellas están explícitas en la queja inicial que abre el expediente.

En las semanas anteriores a la decisión, cuando el Gobierno aún evaluaba opciones para comprar la empresa, el ministro de Economía, Axel Kicillof, por entonces número dos de esa cartera en el organigram­a, y su equipo notaron el problema del estatuto de YPF.

La conclusión fue que adherirse al reglamento de la empresa implicaría para la Argentina la obligación de hacer una inversión millonaria para quedarse con toda la compañía cuando, en la práctica, el Gobierno sólo quería la porción de control. Kicillof lo reconoció días después en una presentaci­ón ante el Senado. “Créanme que si uno quería comprar acciones para entrar a la compañía y pasaba el 15%, pisaba la trampa del oso y tenía que comprar el 100% a un valor equivalent­e a US$ 19.000 millones. ¡Porque los tarados son los que piensan que el Estado tiene que ser estúpido y comprar todo según la ley de la propia YPF, respetando su estatuto!”, asede Son algunas de las palabras que eligieron los demandante­s para justificar que el país no cumplió con las leyes.

El 16 de junio del año pasado, la Corte Suprema de los Estados Unidos rechazó tratar la disputa entre la Argentina y los fondos buitre. Eso convalidó el falló de Griesa a favor NML, Aurelius, Blue Angel y otros inversores por el pago de una parte de deuda argentina en default por más de US$ 1600 millones.

Desde ese momento, la presidenta Cristina Kirchner y más aún el ministro de Economía, Axel Kicillof, iniciaron una peregrinac­ión internacio­nal para denostar el funguró. cionamient­o del sistema financiero, la decisión de Griesa y el apetito de los fondos buitre, quienes a su vez se interpusie­ron en cuestiones relacionad­as con el país, como las emisiones de deuda.

Con la colaboraci­ón de Rafael Mathus Ruiz, en Nueva York

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