Preocupación en córdoba por el robo de maquinarias
En el último año y medio fueron sustraídas unas 60 retroexcavadoras, grúas y tractores; creen que son vendidos en provincias del Norte
CÓRDOBA.– Unas sesenta máquinas viales fueron robadas en el último año y medio. Enormes vehículos que desaparecen, quizá circulando por rutas a baja velocidad, sin que nadie los vea. Los dueños de las costosas maquinarias sustraídas –grúas, tractores y retroexcavadoras cuyos precios van de 450.000 a dos millones de pesos– ya realizaron dos protestas y prevén hacer una nueva el jueves próximo, frente a la Casa de Gobierno provincial.
El tema explotó a comienzos de este mes, cuando el dueño de Demoliciones Mendiolaza mostró cómo una retroexcavadora valuada en un millón de pesos era sustraída del galpón de la empresa; gracias al registro satelital, pudo seguirla hasta que cruzó un peaje y pasó por dos puestos de la policía caminera.
A partir de ese hecho, unos 30 propietarios de equipos afirmaron haber sido damnificados en los últimos dos años. Eduardo Salobe Albrisi, titular de Demoliciones Mendiolaza y vocero del grupo, señaló a que en la mayoría de los
la nacion casos las máquinas –cuya circulación por calles y rutas está prohibida– atraviesan puestos policiales sin que nadie las controle.
Los empresarios sospechan que hay una “zona liberada” que permite que las máquinas, cuya velocidad máxima ronda los 40 km/h, recorran largas distancias e incluso atraviesen las fronteras provinciales. Desde
la policía dijeron a que el
la nacion tema “está en investigación”.
Carlos Sobrero, a quien en febrero de 2014 le robaron una minicargadora Bobcat S220 (cuesta unos US$ 45.000) de un predio donde estaban trabajando, estima que entre esa fecha y la actualidad “desaparecieron” unas 60 máquinas, de las que se recuperaron sólo cuatro o cinco.
“La policía aparece muy coartada para investigar, para presionar a los sospechosos –dijo Sobrero a
la
nacion–. Rápidamente los equipos son llevados al Norte, donde se los reubica en campos, minas y obras. Y la caminera tiene desconocimiento o incapacidad para el control.”
Si las máquinas van andando la caminera tiene la obligación de detenerlas en ruta porque están en infracción, y si fueran en trailer, camión o carretón “con la cantidad de denuncias que hay, deberían sospechar”, agregó Salobe Albrisi. “Es imposible que no las vean. Es ilógico que no las paren porque lo hacen con «cualquier perejil» con un foco roto, al que le cobran multa”, resume.
“El denominador común es una sola familia asentada en la zona de Villa Retiro –afirmó Salobe Albrisi–. Las venden en Santiago del Estero, Tucumán, La Rioja y Catamarca. Muchos damnificados reciben llamadas desde esa zona.”
Él y sus colegas creen que hay corresponsabilidad de la policía. “Por acción u omisión están relaciona- dos. Son elefantes de metal que no se pueden dejar de ver cuando circulan”, ironiza.
Los empresarios insisten en que, pese a haber aportado datos a los investigadores, notienen novedades. Al ex tenista David Nalbandian, según comenta el grupo movilizado, también le robaron una retroexcavadora, que apareció en otra provincia.
La alarma satelital de Demoliciones Mendiolaza es la que permitió registrar paso a paso el robo y seguir el andar de la máquina. Incluso, al cruzar una estación de servicio, se vio cómo un auto empezó a escoltarla. Para algunos es una señal del modo en que operaría la banda.
Desde 1998 las máquinas viales y los tractores deben registrarse y sus conductores deben portar tarjeta verde. Ese trámite de ningún modo disuadió a los delincuentes, que están organizados y sortean controles policiales sin mayores problemas.
“El registro es muy precario porque hay quienes no lo hacen. Pero, si se cumplió, a las máquinas robadas les adulteran chapas y papeles”, detalla Salobe Albrisi. Sobrero sostiene que el jefe de Sustracción de Automotores de la policía “cambió tres veces desde que todo esto empezó” y que “cada vez es explicar de nuevo todo”. Subrayó que, a diferencia de los autos, estas máquinas no se pueden vender desarmadas porque las partes no tienen valor.
Sobre los seguros hay polémica, pues algunas aseguradoras sostienen que los hechos son “hurtos” y, por lo tanto, no los cubren.