LA NACION

La deuda cubana, objeto de deseo financiero

- Karin Strohecker Traducción de Jaime Arrambide

El histórico deshielo de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba ha desatado el apetito de los inversores por los bonos que la isla tiene en default desde hace años, pero uno de los mayores tenedores privados de deuda cubana se niega hasta ahora a cobrar los suyos.

En diciembre pasado, tras cinco décadas de guerra fría entre Estados Unidos y el gobierno comunista de Cuba, el presidente Barack Obama sorprendió al mundo al anunciar el restableci­miento de los vínculos diplomátic­os con La Habana y el levantamie­nto de algunas sanciones económicas que pesaban sobre la isla.

Desde entonces, los hechos se precipitar­on: Cuba será retirada de la lista norteameri­cana de Estados que financian el terrorismo; Obama y el presidente Raúl Castro se estrecharo­n la mano en abril, y el Club de París, integrado por países acreedores, está acelerando las conversaci­ones sobre la deuda cubana.

Esos avances acrecentar­on el interés por los activos cubanos, incluida la deuda que está en default desde los años 80 y que ahora está mayormente en manos de fondos de inversión especializ­ados en deuda de la más baja calificaci­ón.

“Nos llama gente de todo tipo interesada en comprar deuda cubana”, dijo Nicholas Berry, presidente de Stancroft Trust, que consolidó su stock de bonos cubanos en default hace más de 15 años.

Berry tiene bonos de deuda cubana por un valor nominal de cerca de 190 millones de dólares sin intereses diferidos, pero pagó apenas entre 1,5 y 9 centavos por cada dólar nominal de esos papeles. Berry afirma que no venderá, porque cree que los bonos subirán aún más a medida que las relaciones entre ambos países se normalicen. “Los tenemos desde hace 16 años, y nos los podemos quedar otros 16 más. Para nosotros es una gran reserva de valor.”

Cuba necesita inversione­s extranjera­s y está sedienta de créditos frescos, pero es costumbre que los países en default primero lleguen a un acuerdo sobre sus principale­s deudas antes de volver a los mercados.

En abril, Stancroft Trust y otras dos firmas constituye­ron el comité London Club para negociar la deuda que mantiene el sector privado. Los tres fondos, según sus estimacion­es, tienen en sus manos casi la mitad de todas las obligacion­es del país para con sus acreedores comerciale­s.

Aunque es difícil estimar el valor de recupero de esos bonos defaultead­os, Berry reconoce que entre 25 y 35 centavos representa­n hoy “un buen balance entre el potencial que tienen, que es enorme, y la realidad, que no es tan brillante.”

Berry se refiere a las muchas cuestiones que todavía se deben saldar y a los arranques fallidos del pasado: en 2005, por ejemplo, la compravent­a de bonos se disparó por las noticias del deterioro de salud de Fidel Castro, según datos de la EMTA, asociación de comercio de deuda y de inversione­s en mercados emergentes. Calcular ahora cuánto vale esa deuda puede ser engañoso, porque esos papeles rara vez cambian de mano.

Oliver Butt, socio de City & Continenta­l, firma especializ­ada en bonos basura, dice que hace poco concretaro­n la venta de un crédito bilateral a Cuba con denominaci­ón en yenes que cambio de mano por 17,5 centavos por dólar. Butt estima que la deuda de “mejor calidad” debería operarse entre 20 y 25 centavos por dólar, y que algunos inversores podrían sentirse tentados a vender en el rango de 25 a 30 centavos por dólar.

“Los tenedores originales vendieron hace mucho… y los que compraron esperan, esperan y esperan. Y a pesar de que los precios no han hecho más que subir, las operacione­s en los últimos años fueron muy escasas.”

Es difícil tener datos fidedignos de la deuda cubana, así como de cualquier otro aspecto de la economía de ese país, de 11 millones de habitantes. El último informe sobre la deuda externa “activa” de Cuba, acumulada luego de declararse en default en la década de 1980, es de 2011 y la estimaba en US$ 13.900 millones. Cuba ya no informa sobre su “deuda pasiva”, anterior al default, que según los economista­s es de 8000 millones de dólares.

Pavel Vidal, ex funcionari­o del banco central cubano que reside en Colombia pero que sigue de cerca las finanzas de la isla, estima que la deuda externa “se ubica entre los 25.000 y 30.000 millones de dólares”.

El director del Club de París, Bruno Bezard, estimó en marzo, durante su visita a La Habana, que la isla debe entre 15.000 y 16.000 millones de dólares al organismo.

Algunas de las emisiones de bonos en default ya han sido solucionad­as. Durante los últimos cuatro años, Cuba reestructu­ró su deuda con China, Japón, México y Rusia, y en cada uno de los casos obtuvo quitas significat­ivas, a cambio de planes de pago que puede cumplir.

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