Matías Botbol. “En Internet, aún está todo por hacerse”
Uno de los refundadores de la red social Taringa! habla sobre los desafíos del mundo digital
Taringa!, la red social argentina que logró una extraordinaria vigencia en el dinámico mercado digital, crece con sus dueños. Parece haber resuelto positivamente todos los pleitos judiciales que arrastraba de sus comienzos por presuntas violaciones a los derechos de autor, abrió una oficina en Silicon Valley y –habiendo dejado en el camino ofertas de compra– tiene un objetivo de largo plazo: llegar a los 1000 millones de usuarios en una década y crecer en publicidad online (un sector dominado globalmente por Google y Facebook). Matías Botbol, uno de los “correfundadores” de la plataforma, junto con su hermano Hernán y con Alberto Nakayama (tres sub 40), habla con entusiasmo de esos proyectos y de las dificultades que aparecen en el camino.
–¿Cómo les explicás qué es Taringa! a los que no son “taringueros”? –Taringa! es una plataforma social que brinda la oportunidad a cualquier persona de compartir cualquier idea. Y eso ofrece a cualquiera la posibilidad de descubrir cosas que está buscando o que ni se imagina. Fue una de las primeras web 2.0, que es un término viejo, en 2004. Nosotros compramos el proyecto en 2006 y con el paso de los años fue creciendo muy fuerte en la Argentina y en América latina. Taringa! no está hecha para seguir a gente conocida como Facebook ni tampoco funciona como Twitter en donde uno sigue a más gente famosa o busca estatus. Acá se comparten cosas que interesan desde recetas de cocina, cómo cambiar la rueda de un auto o un hecho que presenció y los medios no lo conocieron ni difundieron. –¿Está superada la etapa de las demandas por infringir derechos de autor? –Sí, la Justicia terminó dándonos la razón, lo que pasó es que cuando nosotros empezamos con esto no había leyes –ahora hay más–. Cuando uno tiene una plataforma en la que distintas personas comparten temas, es muy difícil poder moderar o entender si esto está violando el derecho de un tercero. Con el paso del tiempo, pudi-Tex-to mos demostrar que lo que estábamos haciendo es correcto y es como tiene que funcionar Internet . –¿Volverse 100% legales los volvió menos interesantes? –En ningún momento nos sentimos ilegales. En su momento no conocíamos o no había tecnologías como tenemos ahora. Hoy tenemos un sistema de moderación automático, otra parte de inteligencia artificial que analiza los contenidos, imágenes y demás, y después está la colaboración de los usuarios. –Además de la propiedad intelectual, en Internet hay por lo menos otros dos grandes temas: la neutralidad de la Red y la privacidad. ¿Qué opinión tenés sobre estas cuestiones? –Todo lo que tiene que ver con la neutralidad lo comparto 100%. Lo que tiene que ver con la privacidad es complicado… llegó un punto donde la privacidad y el anonimato en Internet es difícil de tener. Las plataformas sociales sí deben tener una responsabilidad total sobre la información de sus usuarios y cuidarla como oro. Pero, por otro lado, como usuario uno sabe que esa información empieza a ser menos privada y que hay sistemas que están entendiendo cómo es uno para recomendarle contenidos o para mostrarle publicidad. –¿Hay en el negocio digital espacio para otras empresas más allá de Google y Facebook? –Sí, mucho. Internet aún es un universo por crear. Recién hace 15 o 20 años que empezó .Está todo por hacer. En su momento, Microsoft pareció líder, luego fue Google, ahora es Facebook y, seguramente, el día de mañana aparecerá otro. Y esa oportunidad siempre estará abierta y para cualquier persona que quiera innovar. Internet es un gran lugar.