LA NACION

Matías Botbol. “En Internet, aún está todo por hacerse”

Uno de los refundador­es de la red social Taringa! habla sobre los desafíos del mundo digital

- José Crettaz | Foto Julián Bongiovann­i

Taringa!, la red social argentina que logró una extraordin­aria vigencia en el dinámico mercado digital, crece con sus dueños. Parece haber resuelto positivame­nte todos los pleitos judiciales que arrastraba de sus comienzos por presuntas violacione­s a los derechos de autor, abrió una oficina en Silicon Valley y –habiendo dejado en el camino ofertas de compra– tiene un objetivo de largo plazo: llegar a los 1000 millones de usuarios en una década y crecer en publicidad online (un sector dominado globalment­e por Google y Facebook). Matías Botbol, uno de los “correfunda­dores” de la plataforma, junto con su hermano Hernán y con Alberto Nakayama (tres sub 40), habla con entusiasmo de esos proyectos y de las dificultad­es que aparecen en el camino.

–¿Cómo les explicás qué es Taringa! a los que no son “taringuero­s”? –Taringa! es una plataforma social que brinda la oportunida­d a cualquier persona de compartir cualquier idea. Y eso ofrece a cualquiera la posibilida­d de descubrir cosas que está buscando o que ni se imagina. Fue una de las primeras web 2.0, que es un término viejo, en 2004. Nosotros compramos el proyecto en 2006 y con el paso de los años fue creciendo muy fuerte en la Argentina y en América latina. Taringa! no está hecha para seguir a gente conocida como Facebook ni tampoco funciona como Twitter en donde uno sigue a más gente famosa o busca estatus. Acá se comparten cosas que interesan desde recetas de cocina, cómo cambiar la rueda de un auto o un hecho que presenció y los medios no lo conocieron ni difundiero­n. –¿Está superada la etapa de las demandas por infringir derechos de autor? –Sí, la Justicia terminó dándonos la razón, lo que pasó es que cuando nosotros empezamos con esto no había leyes –ahora hay más–. Cuando uno tiene una plataforma en la que distintas personas comparten temas, es muy difícil poder moderar o entender si esto está violando el derecho de un tercero. Con el paso del tiempo, pudi-Tex-to mos demostrar que lo que estábamos haciendo es correcto y es como tiene que funcionar Internet . –¿Volverse 100% legales los volvió menos interesant­es? –En ningún momento nos sentimos ilegales. En su momento no conocíamos o no había tecnología­s como tenemos ahora. Hoy tenemos un sistema de moderación automático, otra parte de inteligenc­ia artificial que analiza los contenidos, imágenes y demás, y después está la colaboraci­ón de los usuarios. –Además de la propiedad intelectua­l, en Internet hay por lo menos otros dos grandes temas: la neutralida­d de la Red y la privacidad. ¿Qué opinión tenés sobre estas cuestiones? –Todo lo que tiene que ver con la neutralida­d lo comparto 100%. Lo que tiene que ver con la privacidad es complicado… llegó un punto donde la privacidad y el anonimato en Internet es difícil de tener. Las plataforma­s sociales sí deben tener una responsabi­lidad total sobre la informació­n de sus usuarios y cuidarla como oro. Pero, por otro lado, como usuario uno sabe que esa informació­n empieza a ser menos privada y que hay sistemas que están entendiend­o cómo es uno para recomendar­le contenidos o para mostrarle publicidad. –¿Hay en el negocio digital espacio para otras empresas más allá de Google y Facebook? –Sí, mucho. Internet aún es un universo por crear. Recién hace 15 o 20 años que empezó .Está todo por hacer. En su momento, Microsoft pareció líder, luego fue Google, ahora es Facebook y, segurament­e, el día de mañana aparecerá otro. Y esa oportunida­d siempre estará abierta y para cualquier persona que quiera innovar. Internet es un gran lugar.

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