Un problema o una oportunidad
El panorama es complejo. Si seis días después de la eliminación de Boca de la Copa Libertadores Rodolfo Arruabarrena todavía no había asimilado el golpe, se percibe que las heridas tardarán en cerrar. Por el peso específico de Boca y también porque al plantel, perdiendo apenas un solo partido de los 21 oficiales del año, se quedó sin el objetivo principal. Todos los protagonistas saben que por más que luego ganen el torneo local o la Copa Argentina lo más deseado se les escurrió de las manos.
Pero aun en el momento de mayor bronca e impotencia un problema inesperado puede transformarse en una oportunidad. Si Boca tiene bronca, la mejor manera de volver a escena es recuperando el nivel que tenía hasta antes de los cruces con River, volviendo a reflotar el poder de gol y aprovechando (si se puede llamar ventaja) que competidores por el título como River y Racing siguen con la mente en el certamen internacional, pudiendo así sacarles más diferencia. El grupo venía destacando su unidad, cómo la jerarquía aportada por los últimos refuerzos le había sumado variantes al DT y que la estructura no se resentía al margen de las modificaciones. Pasado mañana, ante Aldosivi, tendrá la primera final para recomponer su imagen y terminar antes del receso sosteniendo el liderazgo. Además, los jugadores deberán marcar esa presencia en una Bombonera vacía, por la suspensión aplicada a raíz de los incidentes ya conocidos.
Boca tendrá que dar vuelta la página y reafirmar varios conceptos que parecía tener bien aprendidos. Incluso en función también de cómo le responderá el grupo a un Vasco que dejaron solo en la retirada del plantel de River. Pero, en la suma de contratiempos, puede encontrar el motor para levantar la cabeza.