LA NACION

El reto, más allá de los resultados

- José Luis Domínguez

La pregunta que muchas veces le surge al seguidor del tenis argentino es: ¿cuál es la auténtica dimensión de Federico Delbonis? Su victoria sobre Stan Wawrinka, N° 9 del mundo, en los cuartos de final de Ginebra, trajo el recuerdo de otro triunfo consagrato­rio: el que logró hace casi dos años frente a Roger Federer, en las semifinale­s de Hamburgo. El Delbonis que puede machacar con su zurda al campeón del Abierto de Australia 2014 es el mismo que, en las últimas semanas, no había superado las clasificac­iones de los Masters 1000 de Madrid y Roma. Puede ser una paradoja, pero todo forma parte del mismo jugador. Delbonis es capaz de debutar como singlista en un quinto punto de la Copa Davis con toda la presión para ganar o perder, tal como sucedió en marzo contra Thomaz Bellucci en Tecnópolis, y es también el que pasó casi un año sin pisar semifinale­s de un ATP.

Más: Delbo empezó 2014 con dos triunfos en seis torneos, con pocas perspectiv­as. Pero en el séptimo, en el polvo de ladrillo indoor de San Pablo, se dio el gusto de coronarse por primera vez campeón de un ATP. Se metió en el Top 40, pero encontró una barrera en los Masters 1000 (perdió ocho primeras ruedas en 2014) y en los Grand Slams; claramente, necesita mejorar en las grandes citas. También en cemento, donde su potencia podría generarle interesant­es dividendos.

Este año se preparó para ser más ordenado; hizo una dieta especial y se lo ve mucho más afinado en lo físico. Aquel triunfo sobre Bellucci en la Copa Davis podría haber sido un disparador. “Ojalá sea un puntapié para su carrera”, decía entonces su entrenador Gustavo Tavernini. Sin embargo, los resultados luego no acompañaro­n, más allá del empujón que significó el festejo en la arcilla verde de Sarasota, un Challenger de buen nivel. Esta semana, el panorama era complejo, porque Delbonis defendía los 150 puntos de la final de Niza del año pasado; si se iba temprano, estaba latente la posibilida­d de salir del Top 100 y complicar su ingreso a varios torneos en los próximos meses. Pasó varios exámenes sobre el polvo de ladrillo suizo, pero lo concreto es que sólo un triunfo hoy le permitirá mantener la cantidad de puntos que debía retener, y seguir en la posición actual, aun todavía lejos del puesto 34º que supo ocupar doce meses atrás.

Sí, Delbo es irregular. Tiene sus altibajos, como les pasa a muchos de los jugadores que están por debajo del Top 30. Si hay algo que separa a la elite del Top 10 del resto del circuito es la constancia en los rendimient­os, que a su vez se traslada a los resultados. No es casualidad: esa consistenc­ia es, para muchos tenistas, una de las virtudes más preciadas y difíciles de alcanzar. “Hay que estar cada semana prendido, porque si estás atento, puede llegar la oportunida­d. Me propuse ser más regular en el nivel ATP. Si soy más regular, el ranking mejorará solo. No hay que pensar en números, hay que enfocarse en cada punto, el resto viene de la mano”, contaba el zurdo a la nacion hace algunos meses; hoy, con Roland Garros en el horizonte, esa misión continúa. Con 24 años, Delbonis ya demostró tener la capacidad para lograr buenos resultados; prolongar esas acciones positivas durante varias semanas es su gran desafío.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina