Personal branding: Las redes, aliadas, o no, de la propia marca
El marketing personal encontró en los medios sociales un aliado estratégico que, bien usado, puede ser de enorme utilidad
“Cada persona es su propia marca”, decía un gerente de RR.HH. de una conocidísima compañía multinacional, quien sistemáticamente pedía que en las notas no se lo mencionara como directivo de la compañía, sino como autor de uno de los libros que escribió. De esta manera se negaba a llevar el “de...” después de su apellido, es decir, el nombre de la empresa que después del “de...” funciona casi como un apellido de casado/a. Hoy, tiene su propia consultora, con el nombre que supo construir y hacer conocer.
El personal branding existe desde los inicios de la vida corporativa, pero nunca como hoy se ha hecho tan viral gracias a las redes sociales. Pero así como pueden fomentar una excelente marca personal, también pueden ir en sentido contrario. “Antes de publicar un post es necesario hacerse dos preguntas: ¿de qué manera contribuye con la marca que quiero generar? y ¿quiénes mirarán la marca y por qué? Esto último es tanto para el branding personal como para el branding en general”, dice Santiago Schettini, fundador y director de Minders Latam, una comunidad de emprendedores y expertos en el campo digital.
“Creo que para construir un personal branding en las redes sociales una de las premisas fundamentales es tener foco, es decir, considerar aquello sobre lo que a uno le apasiona escribir y qué tipo de personalidad online le gustaría proyectar para asegurarse de que el contenido que se publica refuerce esa pasión, los objetivos y las metas”, dice Schettini. “Lo importante es ser coherentes con lo que se pregona; si la marca habla sobre educación, entonces el peso de la educación dentro de los temas que se comunican en cada uno de los perfiles de las redes será muy importante en comparación con otros temas”, recomienda.
Federico Villa, country manager de Bumeran, asegura que las empresas quieren saber todo acerca de una persona antes de entrevistarla y miran su perfil en redes sociales. Buscan coincidencias entre lo que publican en las redes y lo que dicen en su CV. “Lo que posteamos es público, nuestros seguidores pueden compartirlo o retuitearlo, haciendo que llegue a todos sus contactos. Lo mismo sucede cuando se taguea a las personas en las fotos. Por eso, las empresas miran qué se publicó, pero ponen el foco en cómo se hizo”, alerta.
No herir susceptibilidades es considerado también clave. “Todos tienen una ideología, lo criticable es la intolerancia hacia lo diferente”, dice Villa. Además, “publicar críticas sobre un trabajo o ex jefe cae muy mal y quejarse en redes de temas salariales no suma”, dice.
Santiago Bibiloni, fundador y director de Balloon Group, aconseja: “Que el resto hable de uno. Uno sólo habla de lo que dijo el resto; las personas y las empresas necesitan algo que uno puede darles, está en cada uno que lo sepan; todo comunica: lo que se dice y lo que se deja de decir, a quiénes se sigue y a qué hora se postea”. Y avanza: “El medio es el mensaje; además del qué, importan el cómo y el cuándo; hay que estar actualizado y ser estratega: hay contenido que puede ser excelente para una red social, pero pésimo para otra”.
Para Schettini, hay que ejercitarse en el arte de comunicar las ideas de manera breve, buscar títulos originales y no caer en lugares comunes. Por último, pero no menos importante, vale aclarar que no hay branding que valga si detrás de la marca no hay una realidad.