Nuevos espacios para experimentar
Alientan la creación artística en galpones y departamentos
Hace tiempo en Buenos Aires florecen espacios independientes que ofrecen talleres de escritura, de edición o de periodismo digital, cursos de filosofía y literatura, ciclos de poesía y de música contemporánea, presentaciones de libros y lecturas orientadas por escritores o críticos consagrados. La oferta cultural metropolitana, sin contar la que brindan los espacios a cargo de la ciudad de Buenos Aires o de los municipios vecinos, se perfecciona así con una amplia variedad de encuentros bajo la forma de la conversación, la lectura compartida, el análisis y la producción colectiva. ¿ Cómo funcionan estos centros y qué actividades brindan? ¿ Crean variantes en la manera de acercar contenidos literarios y artísticos que a veces tardan en llegar a la academia?
A diferencia de los centros culturales oficiales, que cuentan con una programación diversa y una oferta de talleres multidisciplinarios ( como los del Centro Cultural San Martín o los del Rojas), los espacios independientes tienen una concurrencia propia en coquetos departamentos, fábricas recuperadas o viejas casonas porteñas a causa de diferencias específicas, particularidades que ayudan a definirlos. Con actividades aranceladas o gratuitas, el aporte de escritores reconocidos o noveles y gracias a un concepto previo, a una “curaduría” en la selección de cursos, estos lugares toman una dinámica cada vez más visible en la ciudad.
En abril de 2013 nació Espacio Enjambre en el barrio de Palermo. Fue concebido por Victoria Schcolnik y Marcelo Carnero, Clara Gábor y Alejandra Tortorelli, que oficia de consejera filosófica, como un espacio precisamente de experimentación con la escritura. “Queríamos – dice Schcolnik−, dar la posibilidad tanto a escritores como a artistas y curiosos en general de que realizaran su apropiación íntima de la escritura. Entre todos nos quemamos la cabeza pensando cómo traducir esta propuesta y evitar que la demanda nos lleve hacia un lugar de talleres literarios, donde se organizan lecturas y se presentan libros. Ir hacia allá no implica trazar ningún camino. Y nosotros tenemos otra idea de lo que es « un hábitat de escritura » , más ubicado en el lugar del cuestionamiento.” Además, lanzaron la Revista Espacio Enjambre, una publicación online donde reúnen cuestionarios a escritores, noticias y perlitas emparentadas con el tema. Este año habrá un nuevo festival en el que, durante tres días ( 21, 22 y 23 de agosto), concentrarán varios formatos sobre la escritura.
“Espacio Agüero tiene un año de vida, comenzó en mayo de 2014 al ver que había una necesidad de talleres de escritura y lectura – comenta Patricio Zunini–. Consideramos a quienes dictan los cursos y talleres coordinadores, porque no se plantea una bajada de línea.” Han coordinado talleres Hebe Uhart, Federico Falco, Jorge Consiglio y María Sonia Cristoff, entre otros. Enjambre y Agüero convocan a un público de adultos jóvenes, de 25 a 45 años, profesionales con intereses culturales e interesados en conocer nuevas formas de lectura y de escritura literaria.
El Centro de Estudios Contemporáneos, creado por los narradores Juan Terranova y Nicolás Mavrakis, busca estimular el debate y el análisis del impacto de las nuevas tecnologías. “El principal objetivo del CEC es alentar la producción de conocimiento y destacar las ventajas que reporta la alfabetización digital en todos los planos de las relaciones humanas, así como realizar y financiar investigaciones y publicaciones vinculadas con el acceso a las nuevas tecnologías de información y comunicación.” Como Enjambre, también el CEC tiene una publicación digital: Revista Tónica ( www. revistatonica. com).
MU. Punto de Encuentro es la sede de MU, el periódico de lavaca, publicación mensual que edita la cooperativa nacida en el aciago 2001. En ese entonces, un grupo de periodistas se organizó para trabajar y publicar en forma independiente cuando las revistas y los periódicos culturales agonizaban. MU fue inaugurada nada menos que por la célebre activista y pensadora Naomi Klein, la autora de No Logo. “Tenemos interés en que sea escenario de producciones independientes – dice la periodista Claudia Acuña–. El lugar se sostiene con la venta de productos que en su mayor parte provienen de la economía social.”
De origen cooperativo El Hangar fue inaugurado hace pocas semanas, a metros del parque Centenario. Matilde Oliveros Villamil cuenta la historia que hay detrás: “Funciona en las instalaciones de la Cooperativa Obrera Gráfica Campichuelo. El espacio acerca el arte al mundo del trabajo, vincula a artistas con obreros, baja al artista del pedestal”.
Los espacios independientes permiten un diálogo con formas consagradas de la producción y el consumo, y suman la posibilidad de experimentar con nuevos discursos y prácticas. La necesidad de intervenir en el debate actual sobre los alcances de la cultura los tiene ya como protagonistas ineludibles.