Las posturas europeas ante la crisis
1 Línea dura
Los halcones en la crisis griega, encabezados por Alemania, se oponen a cualquier tipo de asistencia europea a Grecia. El grupo incluye a los países bálticos, así como también a Eslovaquia y Eslovenia. Todo éstos son pequeños y es difícil que puedan bloquear un posible compromiso para tender la mano a Grecia, aunque están exasperados por la ayuda a Atenas. Pero el grupo también incluye a históricos e influyentes como Holanda, fundador de la Unión Europea ( UE), Austria y Finlandia. A pesar de la rigidez del grupo, la lealtad al eje francoalemán y una búsqueda del bien común podrían morigerar la postura alemana.
2 Línea móvil
Los países que por instinto político se oponen a Tsipras, pero que por la razón están dispuestos a ceder algunos puntos para evitar a una salida de Grecia del Euro. La lista incluye a España, Portugal, Irlanda, Bélgica y Chipre. Con la excepción de Bélgica, todos estos países recibieron planes de rescate, al igual que Grecia, de los que están recién comenzando a salir. Pero también ven a Syriza como una enfermedad electoral muy contagiosa. En el caso de Portugal y España, con elecciones a la vista, buscan que funcione la analogía entre cambio de gobierno y caos financiero. Este doble interés hace que lleven posturas rígidas o conciliadoras según las circunstancias.
3 Línea moderada
Las palomas en la negociación, representadas por Italia y Luxemburgo, buscan hacer todos los esfuerzos posibles para salvar a Grecia porque de esa manera consideran que salvarán el proyecto europeo. Con esa agenda, Luxemburgo, de gobierno socialdemócrata, asumirá este semestre la presidencia europea de la UE.
4 Línea conciliadora
Un bando de un solo país. Francia es el único actor que abiertamente adopta una actitud conciliadora, aunque su capacidad de arrastre sigue siendo grande: tiene apoyo institucional en la Comisión Europea, que intentará mediar y conciliar pese al fracaso antes del referéndum, y en el Consejo Europeo, que buscará mantener la unión de todos los Estados para preservar el futuro del proyecto comunitario.