Una reforma polémica que surgió tras el caso Nisman
La muerte en enero del fiscal Alberto Nisman en condiciones que aún no fueron esclarecidas por la Justicia fue el disparador de la reforma que impulsó el gobierno de Cristina Kirchner en la Secretaría de Inteligencia ( SI).
Con el ex espía Antonio Stiuso – acusado de direccionar la investigación de Nisman sobre encubrimiento en el caso AMIA hacia la mandataria y el canciller, Héctor Timerman– en la mira, la Casa Rosada convocó a sesiones extraordinarias en el Congreso para tratar la reforma.
Pocas semanas después del fallecimiento del fiscal, la Presidenta anunció en cadena nacional el envío al Parlamento de un proyecto de ley para disolver la ex SIDE y, en forma simultánea, crear la Agencia Federal de Inteligencia ( AFI).
En febrero, y “a disparo de decreto”, como dijo anoche en la cena de camaradería de las Fuerzas Armadas, se convocó a sesiones extraordinarias para dar lugar a debates maratónicos que finalizaron con la aprobación de la reforma en la Cámara de Diputados por 131 votos contra 71.
El debate incluyó fuertes acusaciones de la oposición, que cuestionaron el proyecto por tratarse en un debate “exprés”. La diputada Elisa Carrió dijo, durante la sesión, que para lograr “transparencia” era necesario “eliminar la SIDE” y no reemplazarla por otra “y darle más poder a [ César] Milani”. En tanto, Federico Pinedo, jefe del bloque de Pro, cuestionó: “Le cambian el nombre a la SI mientras empeoran el contenido”.