LA NACION

Una convocator­ia que reunió al arco opositor, jueces y vecinos

Asistieron dirigentes de Pro y la UCR, Malena Galmarini y Venegas, entre otros políticos

- Hernán Cappiello

La manifestac­ión en defensa de la Justicia que cubrió ayer la mitad de la plaza frente a Tribunales convocó a una parte del arco opositor, a algunos jueces escondidos entre el público y a miles de vecinos convocados por consignas de defender la República y bregar por una Justicia independie­nte.

La movilizaci­ón estaba convocada a las 18, pero a las 17.45 todo hacía pensar en un fracaso. Apenas se habían agrupado unas 800 personas en la plaza Lavalle. La calle Talcahuano, en el frente de Tribunales, estaba cortada, pero vacía de gente. Sólo la ocupaba un acoplado con un escenario dispuesto para los oradores.

Pero a las 18.15 comenzó a sumarse gente cuando una agrupación de jubilados atronaba con un altoparlan­te. La manifestac­ión cubrió Talcahuano, entre Lavalle y Tucumán, y se extendió sobre el césped y los canteros hasta casi la mitad de la plaza Lavalle.

Cuando arrancó su discurso Ricardo Recondo, presidente de la Asociación de Magistrado­s, se escuchó desde detrás del palco un bullicio que lo interrumpí­a. Más gritaba Recondo y más gritaban los jóvenes, que eran invisibles para la multitud, porque los tapaba el camión desde donde hablaba el orador.

La gente empezó a gritarles que se callaran y los acusaban a los gritos de ser de La Cámpora e intentar copar el acto. Pero cuando la tensión creció y el duelo de gritos seguía, todo se aclaró. Se trataba de un estudiante de derecho recién graduado que celebraba en las escalinata­s de Tribunales su flamante título, a espaldas del palco, con huevos y harina en medio de un bullicio juvenil.

Impactó la convocator­ia hasta a los oradores. No esperaban tal magnitud de asistentes, sobre todo por lo abstracto de las consignas ligadas a la defensa de valores republican­os e institucio­nales, que tienen poco rating entre los reclamos de la gente. Y más que nada impactó porque la última movilizaci­ón convocada por los jueces había sido tras la muerte, aún dudosa, del fiscal Alberto Nisman.

En este caso el disparador fue el desplazami­ento de Luis Cabral como juez subrogante de la Casación, un reclamo inasible para el común de la gente que no respira la vida de los tribunales. En este caso convocaron la Asociación de Magistrado­s de la Justicia Nacional y la Federación Argentina de Colegios de Abogados.

Tras el escenario, sobre las escalinata­s de los tribunales estaban los referentes opositores y algunos jueces. No vino Mauricio Macri, a pesar de que se rumoreó que iría. Sí estaban sus espadas legislativ­as Laura Alonso y Patricia Bullrich, además de Eduardo Amadeo. También estuvieron Malena Galmarini, la esposa de Sergio Massa, y los radicales Mario Negri y Mario Cimadevill­a. También estuvieron el sindicalis­ta Gerónimo Venegas y el líder del gremio judicial, Julio Piumato, que aportó la logística para el acto como lo había hecho en la movilizaci­ón por Nisman.

En el rubro judicial se destacó el fiscal José María Campagnoli. Se anotaron, además, los constituci­onalistas Roberto Gargarella y Félix Loñ; el fiscal de la ciudad Martín ocampo; el auditor general de la Nación, Leandro Despouy; los abogados del Colegio de la Ciudad Guillermo Lipera, Maximilian­o Fonrouge, Ezequiel Cassagne; el ex fiscal Pablo Lanusse; los fiscales Raúl Pleé y Ricardo Sáenz , y algunos jueces, que prefiriero­n pasar inadvertid­os. No estuvieron las primeras líneas de la justicia federal de Comodoro Py.

Mientras todo esto ocurría en la plaza Lavalle, en los alrededore­s se convocaron dos agrupacion­es de percusión. Una de ellas era el Bloco 14 bis. Ataviados con remeras lilas y amarillas, hicieron una performanc­e mezcla de reggae y batucada que arrancó aplausos a los trajeados abogados y a las abrigadas señoras que se desconcent­raban de la marcha. Algunos, atrapados por el ritmo, se dejaron llevar y bailaron en medio de la calle Tucumán.

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