Margarita Barrientos

Me encantó la entrevista del suplemento Comunidad con Margarita Barrientos, la mujer que desde hace años da de comer a una muchedumbre. Quizás esta señora se llame Margarita porque algunas flores crecen sin tanto lujo ni cuidados; a lo mejor su apellido sea Barrientos porque la palabra parece ser un anagrama, que dentro de sí misma esconde otras: barrí, barro; el barro que pisan siempre los pobres para peregrinar en busca de ayuda o huyendo de plagas, tormentas, inundaciones.

Lo que me maravilló es la anécdota de la señora que fue a pedir comida arriba de unas plataformas y con un Blackberry en la palma de la mano. “Barro y flor” le dijo que dejara ese celular y que con las manos no ocupadas buscara comida para sus chicos, que con lo que le habían costado esos zapatos altos podía darles calzado a sus niños. Automáticamente, y sin permiso, vino a mí la idea del criterio, a la hora de elegir, de la mujer de plataformas y celular en mano, que no priorizó el hambre de su prole. En un segundo razonamiento, me di cuenta de que esta dama debería tener posibilidades de hacer las dos cosas: vestirse linda y alimentar a sus hijos. ¿ Acaso yo no destino parte de mi sueldo en coquetería?

Margarita cuenta que la echó. Y reflexiona, en el final de la entrevista, sobre la pobreza de los planes sociales, que empobrecen ( repetir la palabra se hace necesario) la posibilidad de elegir, que aíslan, someten, dejan con hambre de otras cosas.

Plan social= seguir planeando pobreza y marginalidad. Roberta Garibotti DNI 18.534.548