LA NACION

Che Secreto no se guardó nada en la arena platense

El potrillo del stud Garabo ganó su segundo clásico, ahora por doce cuerpos; “parece artrítico, pero está muy sano”, dijo su jockey

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LA PLATA.– Después de su fracaso en el clásico Asociación de Propietari­os de Caballos de Carrera ( G 3), Che Secreto pasó por alto otra instancia selectiva y ayer llegó casi agazapado al Isidoro Aramburu ( G 2). Sólo por eso puede sorprender que haya ganado el Isidoro Aramburu ( G 2), el cotejo que resolvió con la misma contundenc­ia que en su primer éxito, hace poco más de tres meses.

Tres de las últimas cuatro competenci­as del zaino del stud Garabo terminaron en triunfo, incluido el Luis María Doyhenard ( G 3), la cita en la que quedaron detrás los otros tres vencedores destacados de su camada en el Sur: Abelard, Mantrap y Harlan’s Cachet.

Este último ayer no tuvo resistenci­a para sostener el ritmo de los punteros, mientras Che Secreto pasaba a dominar a voluntad al llegar al derecho y se desprendía.

Dijo Walter Aguirre, jockey del ganador: “Lo había corrido sólo en la de perdedores y llegó segundo; la evolución fue notable. Me daba la impresión de que ganaba al pisar la recta, pero nunca pensé que escaparía tan fácil. Por eso me arrepiento de haberle dado algún chirlo pensando en lo que pudieran achicar los atropellad­ores. Uno ve al potrillo y parece artrítico, pero está muy sano. Es para ilusionars­e con ganar la Polla”.

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S. hafford Che Secreto fue una máquina de correr

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