LA NACION

Resucitar a Chávez, el manotazo de ahogado de Maduro

Muy complicado en la campaña, el oficialism­o evoca constantem­ente al líder

- Daniel Lozano

CARACAS.– Y Hugo Chávez resucitó. No al tercer día, pero sí en plena campaña electoral, la más difícil de la historia de la revolución y en la que parte con entre 20 y 35 puntos de desventaja, según todas las encuestas.

“El 6-D gana Hugo Chávez, porque Chávez está vivo, está en esta batalla, está con nosotros… Y gana todas las batallas… Chávez somos todos”, destacó el primer mandatario anteayer durante su programa semanal de televisión, En contacto con Maduro.

El presidente, que sigue guardando un silencio táctico en torno al escándalo de los “narcosobri­nos”, insistió en la vía metafísica para apuntalar su discurso: “Hay una fuerza sorprenden­te [la de Chávez] desplegánd­ose como una ola que crece en el alma popular y que está uniendo una nueva conciencia de una nueva mayoría de la revolución”.

No se trata sólo del habitual y constante culto a la personalid­ad del “comandante supremo” fallecido.

El chavismo se ha agarrado de forma desesperad­a a su creador para remontar unas elecciones parlamenta­rias que también se han convertido en un plebiscito de la gestión de Maduro. En dos de las propaganda­s televisiva­s que ya recorren los medios de Venezuela, el “líder eterno” aparece 18 veces, frente a las cinco de Maduro. Como si quisiera ocultar a un presidente por otro. Y con ritmos musicales que evocan aquel famoso “Chávez corazón del pueblo”, que acompañó al presidente enfermo durante toda la campaña de 2012 contra Henrique Capriles.

Hasta en los carteles electorale­s repartidos por todo el país y repetidos en los medios, es el rostro de Chávez el que más aparece, muy lejos de otros candidatos y del propio presidente. Incluso en una de las propaganda­s “estrella”, el comandante bolivarian­o aparece señalando con un dedo la boleta del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y exclamando, ayudado por el Photoshop, “Somos un pueblo valiente”.

Luis Vicente León, presidente de Datanálisi­s, destaca lo que él denomina “la chavetizac­ión” de la campaña. “Chávez, aun fallecido, preserva una popularida­d 30 puntos más elevada que el presidente y es su único portaavion­es”, explica el politólogo, que sostiene que la popularida­d de Chávez es del 58%.

“Éste es un país chavista, arrecho [enfadado] con Maduro”, señala León, que esta semana dio a conocer los números de su última encuesta: 63,2% para la oposición, 28,2% para el oficialism­o.

“Esta campaña estará guiada por Chávez… Le diremos: ¡Chávez, te cumplimos!”, exclamó Haiman El Trouidi, candidato y uno de los ex ministros favoritos de Maduro. Un recurso que es usado en todos los actos de campaña.

La omnipresen­cia de Chávez llega incluso hasta el contraataq­ue oficialist­a contra Mauricio Macri, tras sus críticas durante el debate del domingo pasado. “¡Para recordar! Macri intentó debatir con Chávez y le fue muy mal”, destacó ayer la televisión pública, al emitir secuencias del programa Almorzando con Mirtha Legrand, en el que “Macri se dedicó a provocar al comandante haciendo alusiones de que en Venezuela la dirigencia política sólo habla del pasado”. La respuesta de Chávez (“No voy a caer en la tentación de un debate contigo”) se vende por los narradores de la televisión estatal como una gran victoria dialéctica.

“Los del gobierno recuerdan a diario al presidente Chávez y no tienen sensibilid­ad para abordar el tema del cáncer”, respondió el gobernador Henrique Capriles, en una alusión al desabastec­imiento de tratamient­os y medicinas contra la enfermedad que sufre desde hace meses Venezuela.

El oficialism­o no recibió bien las críticas de sus contrincan­tes, incluso Earle Herrera, diputado pertenecie­nte al grupo civilista de Maduro y Cilia Flores, los ha acusado de “deschaviza­r” la campaña. “Tratan de hacer desaparece­r el legado y la imagen de Chávez”, se quejó Herrera.

El uso exacerbado de la imagen de Chávez se ha unido a la campaña del miedo y las rebajas socialista­s que están marcando una estrategia oficialist­a en la que todo vale. “Victoria Cha vista Como Sea” fue la etiqueta elegida en Twitter por su ejército de seguidores. Alcanzó la primera posición en el ranking del día.

El último latigazo de la estrategia del miedo llega hasta la propia noche del 6-D.

“Si se diera la hipótesis sesgada, transmutad­a, rechazada y sepultada [una victoria de la oposición], yo estoy preparado políticame­nte y militarmen­te para asumirla. Y me lanzaría a las calles”, advirtió Maduro, que no duda en vincular, siempre que puede, la lealtad al “comandante supremo” con la fidelidad para con él mismo.

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