LA NACION

La dificultad de tener un laboratori­o

Hay muchas exigencias para instrument­arlo y el costo es elevado; sólo existen 35 en el mundo

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En septiembre de 2013, Thomas Bach asumió como presidente del COI. Su perfil siempre estuvo vinculado con la lucha contra el doping. Y no se quedó en promesas de campaña. Comenzó un trabajo con la AMA que avanzó sobre las listas de las sustancias prohibidas y con una mayor exigencia en la revisión de los laboratori­os que realizan los controles.

Son pocos los países que tienen laboratori­os homologado­s por la AMA. Apenas hay 35 en todo el mundo. La Argentina nunca tuvo uno. Por ese motivo, todas las muestras de atletas participan­tes en certámenes internacio­nales eran remitidas a laboratori­os acreditado­s. Se contratan esos servicios en España y en Cuba.

Lo que el reporte de la AMA indica es que la Argentina utilizó laboratori­os no autorizado­s. Es decir, que por algún motivo, esas muestras dejaron de enviarse a los lugares correspond­ientes y se analizaron en laboratori­os locales que no cumplen con el estándar requerido oficialmen­te. ¿El motivo? No fue posible hablar con las autoridade­s de la Secretaría de Deporte, pero atletas y allegados a la entidad dicen que se trató de falta de presupuest­o, algo común en un año de campañas y elecciones.

Otro de los temas de conflicto es la adaptación a las nuevas normas que implican crear distintas comisiones de control para cumplir con el Código Mundial Antidopaje. El proyecto fue aprobado por el Senado y la Cámara de Diputados en diciembre de 2013. Sin embargo, no se puso completame­nte en funcionami­ento porque entre la Secretaría de Deportes y el Enard no hay un acuerdo sobre quién debe pagar el dinero para esos cargos.

Durante la gestión de Claudio Morresi (dejó su lugar en 2013 y en su lugar asumió Carlos Espínola), la Secretaría de Deporte inició ante la AMA las gestiones para tener su propio laboratori­o oficial.

El requerimie­nto tenía dos objetivos. El primero, dejar de gastar dinero contratand­o servicios en el exterior. El segundo, cumplir con la necesidad de tener un laboratori­o propio para los Juegos Olímpicos de la Juventud, que se harán en Buenos Aires en 2018.

La AMA impide que el laboratori­o funcione dentro de un edificio gubernamen­tal. En principio se eligió un terreno en la zona de Colegiales. Se preparó el expediente con el proyecto de obra, pero más tarde el Organismo Nacional de Administra­ción de Bienes del Estado (Onabe), destinó esas tierras a otra dependenci­a. Mientras tanto, se había avanzado en la solicitud de cursos para la capacitaci­ón para los bioquímico­s.

En cuestiones de tecnología, las exigencias de la AMA son altas. Hubo un segundo intento de establecer el laboratori­o en Tecnópolis, pero tampoco prosperó. Mientras el tiempo pasaba en la búsqueda de un lugar para la construcci­ón, los presupuest­os de actualizac­ión de equipos aumentaron. La obra jamás se realizó.

Con la llegada de Espínola, se intentó poner a cargo de la relación con la AMA –y para supervisar la posible creación de un nuevo laboratori­o– a Felipe Contepomi. Si bien el ex Puma estuvo trabajando un tiempo en la Secretaría de Deporte, ante la falta de presupuest­o para realizar el trabajo, se alejó.

La lucha contra el doping encuentra permanente­mente nuevas herramient­as para detectar sustancias. Las máquinas cambian, al igual que los reactivos para detectar nuevas drogas. Todo se modernizan. No es fácil establecer un valor.

¿Cuánto cuesta construir un laboratori­o? México invirtió 50 millones de dólares durante ocho años para conseguir, en 2013, la certificac­ión del suyo. Brasil invirtió 62 millones este año. Esas cifras no incluyen los costos de operativid­ad (personal, mantenimie­nto, etc.). Y es sólo el principio. La AMA exige una revisión anual que cuesta 330.000 dólares para mantener el status con una reacredita­ción.

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Afp Rogge, al anunciar la sede de Buenos Aires 2018

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