Construcción de una antiheroína querible
hortensia (argentina/2015). ★★★★ muy buena. dirección: Diego Lublinsky y Álvaro Urtizberea. guión: Alicia Giménez Guspí. fotografía: Guido Lublinsky. música: Panchi Quesada. edición y dirección de arte: David Bisbano. sonido: Catriel Vildosola. elenco: Camila Romagnolo, Agustín Scalise, David Szechtman, Gonzalo Urtizberea, Paula Carruega y Martín Policastro. distribuidora: Vista Sur. duración: 90 minutos. calificación: apta para todo público.
La Hortensia del título, una joven que parece acumular todos los traumas del universo, no ha podido asimilar aún la ausencia de su padre, un embalsamador de animales que murió electrocutado con una vieja heladera en la casa que ambos compartían.
Ingenua y torpe, esta antiheroína, interpretada con convicción por Camila Romagnolo, tiene un look a lo Amélie, aunque bien podría haber surgido de cualquier tragicomedia absurda dirigida por Aki Kaurismäki, Wes Anderson, Martín Rejtman, Roy Andersson o Jacques Tati.
Más allá de esas múltiples referencias estéticas y narrativas, los codirectores Diego Lublinsky y Álvaro Urtizberea construyen para Hortensia un mundo que al principio coquetea peligrosamente con el patetismo (ella tiene un
novio que la engaña, un jefe que la maltrata en un trabajo poco estimulante, demasiados desequilibrios e inseguridades) y con el esteticismo artificioso, pero finalmente evitan caer en el regodeo perverso y formal para ofrecer un retrato humano que, a su manera, fascina y resulta hasta querible y entrañable.
Dueños de un humor deforme y
provocador, Lublinsky y Urtizberea (a partir de un guión de Alicia Giménez Guspí) desafían los conceptos de normalidad para terminar reivindicando a una protagonista solitaria (aunque siempre acompañada por su perro) que sueña con diseñar zapatos exóticos. Tan personales y poco convencionales como la película misma.