Radarización
Reiteradamente los candidatos discuten las necesidad de una cobertura de nuestras fronteras a través de un eficiente sistema de radares. Ignoran que tal posibilidad se tuvo hace quince años y olvidan que se había creado un régimen como el reclamado, que se frustró debido a la siempre presente corrupción. El gobierno de Carlos Menem convocó oportunamente a una licitación internacional a fin de dar cumplimiento al plan nacional de radarización. A esa licitación se presentaron importantes empresas extranjeras, las norteamericanas Northrop Grumman y Raytheon Company, la francesa Thompson y la italiana Alenia. Realizada la selección y valoración de las propuestas, el gobierno optó por la primera de las nombradas, adjudicándole los trabajos. Pero inmediatamente, de común acuerdo el gobierno y la adjudicataria, modificaron los términos del contrato, limitando, entre otras cosas, el número de radares a instalar, pero manteniendo el valor de la prestación comprometida. Esto hizo que las empresas rivales fueron a la justicia impugnando lo que consideraban una violación de los términos de la licitación. Tramitada la causa, el expediente llegó a conocimiento de la sala IV de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativa Federal, que yo integraba junto a los doctores María Jeanneret de Pérez Cortés y Alejandro Juan Uslenghi, que declaró la nulidad de la licitación al advertir serias desviaciones en la preadjudicación, asi como la existencia de “reducciones, diferimentos y supresiones que implicaron una modificación esencial del objeto de la licitación”. Guillermo Pablo Galli DNI 4.145.082