Lomu, la Argentina, y un afecto inmortal
El mítico All Black, fallecido anteayer a los 40 años, construyó una relación especial con nuestro país y los Pumas; destacan su humildad, a pesar de haber revolucionado su deporte
Cuando Hugo Porta fue a ver uno de los partidos de los Pumas en Francia 2007, notó que mucha gente le pedía fotos a un grandote a las puertas del estadio de Saint-Denis. Era Jonah Lomu, que se había retirado cinco años antes, pero que seguía atrayendo a grandes y chicos del rugby mundial. Y de pronto, lo inesperado: “¿Señor Porta, puedo sacarme una foto con usted?”, lo sorprendió el neozelandés. “¿Me estás cargando?”, le contestó el prócer de los Pumas, complacido por el pedido de la megaestrella que, en sólo siete años de carrera como All Black, había trascendido al rugby.
Porta y otros jugadores históricos del seleccionado argentino recuerdan al fuera de serie wing de los All Blacks, fallecido anteanoche a los 40 años, por su humildad. Y por el respeto que tenía por el rugby celeste y blanco. Hasta simpatía. “Siempre se mostró muy cordial para con nosotros. Le gustaba cómo vivíamos el rugby y eso hizo que se acercara a la Argentina incluso en visitas no estrictamente de rugby. Uno se daba cuenta de que le gustaba pasar tiempo acá”, enfatizó ante La NACION Rolando Martin, ex tercera línea de los Pumas que lo tuvo enfrente varias veces. Por caso, en varias ocasiones anduvo Lomu por el país, dando clínicas o difundiendo el Mundial que su país acogería en 2011.
Alguien que se sintió su amigo fue Agustín Pichot, que no sólo lo recordó por las redes sociales con mucha emotividad, sino que también le contó a La NACION lo que le inspiraba el personaje.
“Era único, un gigante… Pero fuera de la cancha. Divertido, alguien que reía, con el que daba gusto estar. Abrazarlo me hacía sentir chiquito; enfrentarlo, mucho más. Por suerte, después de los partidos éramos los últimos en quedarnos, riéndonos juntos”, dice Pichot. Y agrega: “Hoy, la leyenda de Lomu es inmortal, pero prefiero quedarme con el último abrazo de Jonah, el Día de las Leyendas. Le pedí que subiera conmigo al desfile. Se rió y me dijo, más humilde que nunca: No, amigo, ustedes son más. Ese era mi amigo, un grande de verdad. Quiero decirle Adiós, big man. El mundo te va a extrañar. Y tus amigos, a recordar por siempre”.
Así era Jonah. no tenía ni un aire de divo, pese a ser el hombre que, como subrayó Diego Albanese, “revolucionó el juego, con unas condiciones físicas tales que nadie le pasaba ni cerca en su momento. De hecho, al día de hoy fue el jugador más desequilibrante que pasó por una cancha de rugby”. El ex wing de San isidro club tiene una anécdota de un seven de 1994, cuando él era joven y Lomu, una fiera de apenas 19 años de la que el planeta rugby ya se asombraba. “Todo el mundo decía «ojo con ese tipo». Un día lo paramos para que nos sacara una foto. Bah, se lo pidió mi amigo y yo me enojé con él porque se lo pedía a Lomu. Pero Jonah se moría de risa y sacó la foto. casi hasta lo aplaudió”, recordó Albanese. Que apuntó cómo era la bestia negra en la cancha, su potencia: “Siempre estaba el dilema cómo pararlo. Si íbamos abajo, él podía saltarnos; si lo buscábamos en la cintura, él topeteaba, y si intentábamos arriba, el riesgo era un hand-off que nos desplazara cinco metros. La técnica no contaba tanto, porque él pasaba por arriba. Yo trataba de anticiparme, o bajar la cabeza e inmolarme. Quería que por lo menos se tropezara”.
Un día Lomu casi tumbó a Albanese... pero después del pitazo final. “Fue en River en 2001. «Buen partido, Diego», me felicitó. Lomu me había llamado por el nombre. casi me caí de espalda”, contó el nº 11.
Big Jonah Lomu. inolvidable para todos.
“Lomu llevó al rugby a la era profesional. No hubo ni habrá otro como él.”
TANA Umaga
(NUEVA ZELANDA) “Estoy destruido. Fue la primera megaestrella. Un hombre fabuloso”
Jonny Wilkinson
(INGLATERRA) “Has inspirado a una generación de rugbiers en el mundo. Gracias por todo.”
Thierry Dusautoir
(FRANCIA) “No puedo creer esta triste noticia. Mi afecto y mis pensamientos para la familia de Jonah”
DAN CARTER
(NUEVA ZELANDA)