LA NACION

Dietrich hizo foco en la transparen­cia de la obra pública

“El que toque el pancho y la Coca se va del equipo”, afirmó frente a las constructo­ras

- Francisco Jueguen

Todos escucharon el himno nacional de pie. En la extensa mesa sobre el escenario convivían ejecutivos de la construcci­ón, miembros del sindicato, empresario­s y el jefe de gobierno electo, Horacio Rodríguez Larreta. Había –sin embargo– un lugar vacío: Julio De Vido sólo apareció en la foto cuando Rodríguez Larreta dejó el Sheraton. Más señales de una transición desincroni­zada.

La 63a Convención de la Cámara de la Construcci­ón (CAC) no lo tuvo, quizá por primera vez, entre las figuras estelares. “Es la tercera vez que me despido, pero esta vez quédense tranquilos”, afirmó De Vido, cuando le tocó la palabra. Estaba tan apurado que sólo repasó unos pocos números gruesos de su longeva gestión. “Tienen todo ahí afuera”, indicó, en referencia al stand del Ministerio de Planificac­ión en el espacio de acreditaci­ones. Fue todo un homenaje a Hernán Lorenzino y su “me quiero ir”.

Los aplausos más generosos fueron dedicados al futuro más cercano. “El que toque el pancho y la Coca se va del equipo”, sentenció Guillermo Dietrich, el ministro de Transporte electo [estará a cargo de Vialidad], cuando se refirió a la forma de gestión que exigirá. “Venimos por convicción propia y por mandato a administra­r el Estado con total transparen­cia”, afirmó. El hoy subsecreta­rio de Transporte porteño prometió reglas claras, previsibil­idad y un ambicioso plan de infraestru­ctura.

“Voy a estar personalme­nte comprometi­do con esto. La sociedad tiene que volver a creer en el Estado. No hay que privilegia­r a la empresa del amigo. Acá son todos iguales. La transparen­cia es que todos tengan toda la informació­n y que gane el mejor. Transparen­cia es que nos importe el precio y que todos cobren de la misma forma”, agregó el ex empresario, ante un auditorio muy acostumbra­do al oscurantis­mo de la obra pública.

Los empresario­s de la construcci­ón se acoplaron a esta nueva actualidad. “Soy muy optimista. Va a venir un importantí­simo plan de obras públicas y privadas”, dijo a la nacion Juan Chediak, presidente de la CAC. Según describió, el actual Gobierno sólo priorizó la inversión con fondos públicos a través del Tesoro Nacional. Para el ejecutivo, es hora de una mayor articulaci­ón público-privada y de financiami­ento de organismos multilater­ales.

“Hay que arreglar con los hold outs, pero además hay que bajar el déficit fiscal con una mayor racionaliz­ación del gasto”, afirmó Chediak. Sobre el cepo, fue incluso más ferviente y hasta se animó a señalar un culpable: “Hay que sacarlo. Es una derivación de un descontrol fiscal. La culpa no es de De Vido sino de Axel Kicillof”. Criticó la gestión de Aerolíneas Argentinas y los subsidios “mal manejados” por el actual Gobierno.

“¿Sería bueno que Mauricio Macri impulsara la ley del arrepentid­o en la Argentina?”, preguntó este medio y citó como ejemplo la situación de Marcelo odebrecht en Brasil, hoy en prisión por su participac­ión en el escándalo de coimas en Petrobras. “Que la haga. Acá hay algún que otro forajido. No te lo voy a negar. Pero no es una mafia como en Brasil”, se atajó y cerró. “El problema es que allá el más grande (en referencia a la constructo­ra brasileña) tenía que dar el ejemplo”.

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