LA NACION

A último momento, el Gobierno ordenó hacer un gasoducto para El Calafate

Luego de un estudio técnico, el ente regulador pidió construir la obra, que costará US$ 300 millones y abastecerí­a además a la central de Río Turbio

- Pablo Fernández Blanco

El Calafate, la localidad donde Cristina Kirchner espera iniciar el prometido retiro cuando termine su mandato y el destino elegido para la mayor parte de los negocios inmobiliar­ios de la familia presidenci­al, podría ser en los próximos meses un lugar mejor para vivir. Sucede que el Enargas, ente que regula al sector gasífero, ordenó a la distribuid­ora estatal de Santa Cruz, Distrigas, avanzar en la construcci­ón de un gasoducto que asegure la provisión de gas al distrito turístico patagónico por los próximos 20 años.

El proyecto, que según fuentes al tanto de las discusione­s costará unos US$ 300 millones, deberá también darle “pleno abastecimi­ento” a la central eléctrica Río Turbio, que tanto Cristina Kirchner como el ministro de Planificac­ión, Julio De Vido, prometiero­n que funcionarí­a a carbón, aunque al menos dos documentos oficiales que vio la nacion dicen lo contrario.

La bendición energética para El Calafate está documentad­a en la nota 12.212 del Enargas, con fecha del 16 de noviembre. Allí sostiene que es necesario que se construya un gasoducto de 30 pulgadas que una el San Martín (un ducto troncal que pasa por la parte este del país) con el yacimiento Campo Boleadoras, para de ahí asegurar el suministro a El Calafate y Río Turbio.

Además, se requerirá la instalació­n de ampliacion­es (loops, como se denominan en el sector) paralelas a los gasoductos existentes para garantizar el “comportami­ento hidráulico del sistema”.

La nota se envió con copias a la secretaria de Energía, Mariana Matranga, y a Segundo Santana, el presidente de Distrigas. La firma el intervento­r del Enargas, Antonio Pronsato, un hombre cercano al ministro de Planificac­ión, Julio De Vido.

Aunque la ley que regula al sector gasífero establece que su cargo se debe cubrir por concurso, Pronsato ocupa la silla más importante del organismo desde diciembre de 2007 sin pasar por ese trámite. Bastó con un decreto presidenci­al para eso.

El Enargas fue intervenid­o por primera vez el 22 de mayo de 2007. En los papeles debe ser un organismo autárquico, algo que está lejísimos de cumplirse. La primera intervenci­ón estipulaba un plazo de 180 días, pero cuando Cristina Kirchner deje el poder habrá cumplido siete años y casi siete meses sin cambios. Pronsato seguirá en su puesto tras el cambio de gobierno si nadie va a reemplazar­lo, según le dijo a sus allegados.

El objetivo expreso de la nota que envió Pronsato es que ambas localidade­s tengan garantizad­o el gas hasta 2033. Para eso necesita llevar aproximada­mente 1,24 millones de metros cúbicos diarios a El Calafate y otros 1,55 millones a la planta de Río Turbio. De manera que para generar electricid­ad la central “a carbón” usará más gas que toda la población patagónica. Última hora

En la documentac­ión que vio la nacion está incluso el bosquejo de un mapa que delinea el futuro tendido del ducto. Una fuente oficial familiariz­ada con las negociacio­nes indicó también que la Casa Rosada podría destinar fondos de un fideicomis­o para financiar la obra.

El Gobierno mostró mucha más diligencia para apurar los trámites que permitan aumentar el suministro de gas a esas ciudades que para otras obras del mismo rubro, más importante­s en tamaño y población afectada. Por caso, Néstor Kirchner anunció en 2003 la construcci­ón del Gasoducto del Nordeste, que comenzó en febrero del año pasado.

El apremio es más curioso aun si se considera que, según el propio Enargas, el gas disponible para El Calafate alcanza para abastecer la zona durante todo el mandato de Mauricio Macri, un tiempo suficiente para tender un gasoducto de 92 kilómetros, como el que planteó el Enargas, si el nuevo gobierno así lo considera.

La preocupaci­ón de la Casa Rosada por el suministro al lugar preferido de la Presidenta comenzó a principios de año. Juan Donnini, subsecreta­rio de Planificac­ión Económica del Ministerio de Economía, fue el encargado de liderar las gestiones. El funcionari­o es también el encargado de conducir la comisión que revisa las inversione­s en materia energética. Suena como uno de los candidatos para ocupar el ministerio de Economía en la futura gobernació­n de Alicia Kirchner en Santa Cruz.

A través de diversas notas, quedó claro que la producción del yacimiento denomina Campo Boleadoras, de CGC, venía en declinació­n. Por eso Distrigas sugirió unir el gasoducto San Martín, que trae gas desde Tierra del Fuego y otras locaciones, con el sistema de El Calafate.

La intención original del Gobierno era que CGC, la petrolera de Eduardo Eurnekian, le traspasara al Estado un gasoducto de 14 pulgadas. Aunque no está claro si la cesión se concretará ni cuáles son los términos de la discusión, en su última nota el Enargas fue por mucho más que el objetivo inicial. Consideró que el ducto de CGC “no da respaldo para el abastecimi­ento del sistema Calafate/ Río Turbio tanto para el horizonte 2033 como para la alimentaci­ón prevista/informada” para la usina Río Turbio. Pero reconoce que le alcanzaría para cubrir el consumo actual de gas de la zona.

Si el nuevo gobierno no toma una decisión distinta y todo sigue el cauce actual, la seguridad energética de Cristina Kirchner en El Calafate mejorará sustancial­mente en los próximos meses.

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