Los costos de transacción afectan la cadena
La reciente suba de los precios de la carne revela un aspecto endeble de la cadena
Los recientes incrementos del precio de la carne al público reflejan las distorsiones que introdujo el Gobierno en la actividad. Además de las expectativas sobre la baja de retenciones y una modificación del tipo de cambio, según evalúa el economista Manuel Alvarado Ledesma, los costos de transacción que se presentan en los distintos puntos de la cadena también impactan en la formación de precios de los cortes vacunos.
los últimos días, los mercados ganaderos han reflejado una abrupta suba de precios. Las razones son múltiples. En primer lugar, hay que remitirse a la razón estructural por el pobre desempeño de la producción. El problema se manifiesta, desde hace mucho tiempo, en el estancamiento del stock, en la producción neta de carne y en las significativas reducciones en la edad media a la faena de novillitos y novillos.
También se debe tomar en cuenta la razón estacional, dado que en primavera la oferta tiende a reducirse por la mayor disponibilidad forrajera y, a su vez, la demanda, a incrementarse por la proximidad de las fiestas de fin de año.
Este se presenta distinto a los anteriores años con algunas particularidades que acentúan el proceso. Y lo convierten en una cuestión más próxima a la política que a la economía. Así, vale mencionar las expectativas de una baja en los derechos de exportación y de una visible depreciación de nuestra moneda.
Pero, tales particularidades no terminan acá. La novedad reciente viene de otra parte y está relacionada con lo que la nueva economía institucional denomina costos de transacción. Como parte de la estructura de costos totales, éstos son los ligados a la comercialización entre los eslabones de la cadena de valor. Si ellos se incrementan, la competitividad de la cadena disminuye; y golpean sobre el precio del consumidor.
Como sabemos, en la Argentina los costos de transacción son especialmente elevados, a resultas del marco institucional imperante, ciertamente endeble. Al carecer de las condiciones elementales, los mercados tienden a comportarse con sesgos que afectan directamente al consumidor, con súbitas alzas de precios.
Cada uno de los movimientos de la hacienda, desde el criador, pasando por el invernador hasta la faena y la distribución, sufren una serie de costos relacionados con las trantenimiento sacciones. Y serán mayores según el lugar de compra ( venta de la hacienda ) y la cantidad de enlaces que incursionan en la operatoria.
Los de transacción se refieren también a las ineficiencias por parte del Estado. Diariamente, los productores deben actuar con la burocracia. La relación entre ellos y el Estado se plasma a través del aparato burocrático. La escasez de autonomía de la burocracia se advierte en la capacidad del Poder Ejecutivo para establecer lealtades en las unidades de control. De esta forma, el Ejecutivo puede politizar las agencias burocráticas con facilidad.
Los productores además de tener que sortear agudos problemas logísticos derivados del escaso manEn de los caminos que, en un año sometido al rigor de El Niño, se hallan en estado crítico, deben lidiar con la maquinaria estatal. La pregunta es si ésta es en realidad estatal u oficial.
El Senasa regula el transporte de hacienda en pie y debe ejecutar las políticas nacionales de sanidad y calidad animal y vegetal e inocuidad de los alimentos.
En estos días, las graves dificultades para operar en las oficinas de Senasa -así como en la tramitación de guías de transporte- han dificultado enormemente la salida de la hacienda vacuna de los campos y por lo tanto la oferta ha debido circunscribirse a determinadas posibilidades. El sistema informático sobre el que basan su operatoria ha sufrido interrupciones –incluso de jornada completa- que han afectado seriamente la oferta de ganado en los mercados. Así, productores ávidos de hacer llegar su hacienda a los mercados han debido demorar sus entregas, cuando por estacionalidad la demanda tiende a fortalecerse.
Los derivados de la gestión y autonomía de los organismos de control del Estado se suman a los costos de transacción. Por ende, también, contribuyen a la formación de precios.