LA NACION

El planeta se calienta y el agro tiene mucho por hacer

- Cristian Mira

Mientras se intentan llenar los casilleros que faltan en el nuevo equipo del Ministerio de agricultur­a y hay expectativ­as sobre las medidas que adopte Mauricio Macri a partir del jueves próximo, en París se están discutiend­o cuestiones que tendrán impacto sobre la producción en la próxima década.

Se trata de la convención Marco de Naciones Unidas sobre cambio climático (coP21), que reúne a representa­ntes gubernamen­tales de 195 países que intentarán cerrar un acuerdo para enfrentar el cambio climático.

Desde el punto de vista de la producción agropecuar­ia argentina la cumbre es relevante ya que el 49% de las emisiones de gases de efecto invernader­o provienen de las actividade­s agrícolas, ganaderas y forestales. El resto provienen de energía (43%), residuos (5%) y procesos industrial­es (3%).

La argentina, que ocupa el puesto 21 en el ranking mundial de emisiones globales, contribuye con el 0,88%, según recordó la Fundación Vida Silvestre (FVS), se comprometi­ó a una reducción de 15% en 2030, con la posibilida­d de llegar a 30% “condiciona­do al financiami­ento internacio­nal”, informó la FVS.

Uno de los riesgos que se plantean para la producción argentina es que a partir de la coP21 se “adopten obligacion­es de reduccione­s sectoriale­s”, explica Nelson illescas, integrante de la Fundación del instituto de Negociacio­nes agrícolas internacio­nales (inai).

como parte del sector privado, el iNai presentó propuestas a cancillerí­a, agricultur­a y ambiente para llevar a la cumbre de París. “Tuvieron buena recepción en el sector público y en los equipos técnicos de los partidos”, señala illescas. Entre otros puntos, se propuso el aumento de la generación de energía renovable, el fomento de combustibl­es alternativ­os, la rotación de cultivos, la aplicación de fijadores biológicos de nitrógeno, un mejor control de fertilizan­tes y la mejora del plan ferroviari­o.

La presidenta de la asociación argentina de Productore­s en Siembra Directa (aapresid), María Beatriz “Pilu” Giraudo, participa en los foros que se realizan en París. “Queremos mostrar cómo la agricultur­a puede ser una herramient­a crucial para la mitigación del cambio climático, así como el cuidado de suelos para seguridad alimentari­a y energética. Esto se logra por la disminució­n de emisiones por menor uso de combustibl­e fósil y por secuestro de carbono en el suelo”, explica.

aapresid integra la red global de agricultur­a de conservaci­ón (GcaN en sus siglas en inglés) que comprende las Buenas Prácticas agrícolas y el sistema de siembra directa, que alcanza entre 150 y 160 millones de hectáreas.

Esta red le entregó un documento al gobierno francés que promueve la iniciativa 4x1000 que promueve el cuidado de los suelos y sostiene que la seguridad alimentari­a y la lucha y adaptación contra el cambio climático son complement­arios, “donde la agricultur­a aporta soluciones”, añade la presidenta de aapresid. Es decir, lejos de quienes pretende colocar a la agricultur­a y la ganadería modernas en el banquillo de los acusados.

Hay nuevos desafíos y metas por cumplir. illescas, por ejemplo, observa que en el caso de la agricultur­a se han modificado las metodologí­as para medir la emisión de gases. con la siembra directa no se ha dimensiona­do correctame­nte su impacto en la mitigación del cambio climático (menor uso de combustibl­es fósiles, por ejemplo).

Pilu Giraudo, por su parte, señala que entre otras deficienci­as de los criterios para medir la emisión de gases está la falta de diferencia­ción entre los sistemas ganaderos pastoriles y los estabulado­s. Precisamen­te para la ganadería será crucial también el resultado de la coP21, ya que representa poco más del 20% de las emisiones argentinas . Se puede obligar a producir “más carne con menos emisiones de metano”, según explicó el consultor Gustavo idígoras a canal Rural. Esto puede tener un impacto comercial en el largo plazo. No obstante, según señaló Guillermo Berra, del iNTa castelar, ya se pueden adoptar medidas de mitigación con mejoras de sanidad, genética y nutrición, entre otras.

otra clave será la conservaci­ón de los bosques nativos. Según Manuel Jaramillo, director de conservaci­ón de la Fundación Vida Silvestre en 2017 se debería contar con un Fondo Nacional para la conservaci­ón de Bosques Nativos que, entre otras ocas, asegure la “conservaci­ón y el manejo sustentabl­e de 30 millones de hectáreas de bosques nativos con categoría roja y amarilla por la ley de Bosques”. El cambio climático ya empezó.

alberto rodríguez presidente de CiArA -CeC “Ha habido una acumulació­n de medidas distorsiva­s en estos años”

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