Gabriel Delgado. “Cambio los dos edificios de Paseo Colón por una oficinita en Economía”
Para el secretario de Agricultura, tramitar los reclamos del sector en el ministerio de Axel Kicillof no fue fácil; cree que hay falta de conocimiento de la actividad
En el despacho del secretario de Agricultura, Gabriel Delgado, domina un pizarrón con una lista de los temas que aún quedan pendientes de resolver antes del 10 de diciembre. Son mayormente cuestiones administrativas que facilitan una transición ordenada antes que llegue el equipo del ministro designado, Ricardo Buryaille. Más allá de esta lista inevitable que hace al funcionamiento del organismo hay una agenda de temas pendientes de resolución que aquejan a los productores. Qué mejor entonces que pedirle al secretario Gabriel Delgado un repaso y su opinión de estas cuestiones.
– ¿Qué temas prioritarios de corto plazo quedan para la próxima gestión? –Primero el normalizar el comercio del trigo y en segundo lugar el maíz, que es crucial. Es una política que hay que cambiar porque ha genera- do una transferencia muy grande de recursos de los pequeños productores a los exportadores. De corto plazo también queda por resolver el reconocimiento de la propiedad intelectual en la semilla. Por más que habíamos conseguido el consenso entre los distintos actores para encontrar una solución, no pudimos avanzar en los instrumentos. no logramos generar los mecanismos administrativos para resolverlo. El Decreto de necesidad y Urgencia abre una posibilidad. Otra cuestión de corto plazo es todo lo que tiene que ver con la transparencia de los mercados. Y por supuesto, la situación de las economías regionales en la que soy muy prudente en su abordaje. Si bien hay problemas que están focalizados en las retenciones y cuestiones fiscales, existen problemas estructurales muy graves como la reconversión de la producción, la edad de los productores, la presión urbana y el valor inmobiliario de los predios, el abandono de las fincas y las enfermedades. Todo esto necesita de una agenda muy vigorosa de innovación y de pensar soluciones nuevas. Las retenciones de las peras y las manzanas son entre 40 y 50 millones de dólares, pero reconvertir el Valle sale 2000 millones de dólares. Lo mismo ocurre con las uvas en Mendoza. Lo varietal en Mendoza es menos del 30% de la superficie de la uva, el resto es uva criolla donde hay muchas dificultades para que tengan mercado. Somos un jugador muy grande en mosto y podemos romper el mercado internacional con una sobreoferta. A mi juicio el problema de las economías regionales necesitan de la interacción de varios ministerios.
–¿ Qué consejo le daría al nuevo ministro o al nuevo equipo para tener una mejor sintonía con el ministerio de Economía? –Lucio Reca, ex secretario de Agricultura de Alfonsín, decía y yo hago propio sus dichos, que cambiaba los dos edificios de Agricultura de Paseo Colón por una oficinita en el Ministerio de Economía. Este es un ministerio donde la mayoría de los reclamos están muy relacionados con demandas a otras dependencias. Es lo que nos toca, porque así está armado. Creo que hemos fallado en esa interacción. En ese terreno de llevar temas al Ministerio de Economía sentimos cierta frustración, tuvimos una falencia. Pero no son cuestiones personales sino que hay una historia de las instituciones donde afloran estas diferencias. Yo siento que la capacitación es el mejor antídoto para que estas diferencias desaparezcan. Por ejemplo, en Cancillería hay una experiencia maravillosa. Desde el inicio del programa de estudio del Instituto del Servicio Exterior de la nación (ISEN) pasaron 60 promociones sin una materia que hablara del sector agropecuario. Cuando en realidad tenemos la posibilidad que todas las embajadas puedan facilitar la venta de productos, de tecnología o generar convenios de cooperación. Esto se solucionó por gestión del ministro Carlos Casamiquela que logró que el INTA incorpore una materia para capacitarlos. Es decir no estoy hablando sólo del Ministerio de Economía sino de todos los organismos o ministerios en los que se pueden generar programas para las distintas líneas de técnicas. Este problema de falta de conocimiento del agro viene desde la formación universitaria. ¿Cuántas escuelas de Economía tienen una materia pesada, relacionada con el agro? Con las excepciones del caso, la economía agraria es una materia optativa. La falta de conocimiento explica mucho de los choques que se tuvieron históricamente con las distintas dependencias del Estado.
–¿El gabinete económico que propone el gobierno de Mauricio Macri puede llegar a mejorar el tratamiento que tengan los problemas del campo? –Me parece interesante. Brasil trabaja así. Ellos tienen un ministro que gerencia los temas de la mesa económica. Hay que ver cuáles serán los costos de transacción de la mesa. Hay que ver cómo funcionan. Pero me parece una iniciativa interesante que todos los sectores económicos estén contemplados en las decisiones económicas.
–¿Dentro de las competencias del Minagri, de qué programas está más satisfecho y considera que se deben profundizar? –Entre todos los programas consignaría la repercusión que tuvimos “Valoremos los alimentos”, un plan que busca concientizar sobre el consumo responsable de alimentos. Según el Ceamse el 41,6% de la basura del área metropolitana de Buenos Aires corresponde a desechos alimentarios. Difundimos y trabajamos en las escuelas, en la web, con videos cortos es Instagram y presencia en todas las ferias. El otro es un programa de trasvasamiento generacional donde se seleccionaron 26 jóvenes profesionales y se los formó con 42 referentes del sector que brindaron seminarios durante 4 meses. Se incentivó el intercambio de experiencias entre los más jóvenes y las generaciones más adultas.