Para mejorar la nutrición hay que medir y pesar
Nutricionistas internacionales en alimentación animal recomiendan registrar y evaluar los resultados
En Rosario se reunieron más de 1.000 productores de vacas, cerdos y aves, para intercambiar experiencias con especialistas de vanguardia mundial en nutrición animal. En tiempos en que las certezas cotizan mejor que las arbitrariedades, el valor de contar con datos fidedignos también se convirtió en eje indiscutible del encuentro. Las cerdas hiperprolíficas, los pollos que crecen más rápido y las gallinas que ponen más huevos representan avances en la genética que requieren adecuaciones de los aspectos nutricionales. Se cierra así un círculo virtuoso que desafía los parámetros de eficiencia y rentabilidad conocidos. Medir para gestionar
“El objetivo central de un establecimiento agropecuario tiene que ver con medir bien. Porque lo que se mide puede ser evaluado, para luego tomar decisiones y obtener resultados”, destacó John Patience, profesor de la Universidad Estatal de Iowa, que explicó cómo impactan los programas de alimentación en el desempeño de los cerdos. Destacó que “el calcio es uno de los nutrientes especiales” y advirtió que “las fórmulas energéticas permiten bajar costos”.
Al recomendar la burlanda, coincidió con Galen Erickson, de la Universidad de Nebraska, quien aseguró que a la hora de suministrar proteínas pasantes (llegan intactas para absorción del intestino), este tipo de ración “siempre ha resultado la mejor opción para rumiantes que pastorean rastrojos”.
En relación a las aves, Roselina Angel, de la Universidad de Maryland, encarnó la visión más disruptiva. “Debemos revisar nuestras matrices de formulación nutricional, tratando de no mezclar conceptos y evaluar las interacciones metabólicas de calcio y fósforo”, proclamó. Así, derribó “dogmas sobre las fitasas, una enzima que convierte nutrientes en digestibles pero no aumenta los valores nutricionales”.
A estos referentes mundiales, como a otros de Europa y Latinoamérica, los escuchaban con atención, en tres grandes salones, productores y técnicos de diversas provincias argentinas, más un centenar de asistentes provenientes de Paraguay, Uruguay, Bolivia, chile y colombia, todos “abriendo las mentes” pero cuidando de no cometer el error de replicar modelos aplicados en contextos diferentes.
con todo, “el congreso reflejó una expectativa notable para la producción animal en la Argentina, como si hubiera llegado la hora de dar un salto cualitativo”, sintetizó Marcelo Vilosio, gerente general de Biofarma, la firma convocante.
La opinión de los productores
Amilcar Vogel, gerente general del feedlot del Grupo Beltrán, ubicado en San Agustín, córdoba, con una capacidad instantánea para 22.000 animales, dijo que “de cada disertante hemos rescatado algo y nos induce a hacer deberes para optimizar nuestra producción. Venimos transitando la praxis de que lo que no se mide no sirve y es muy interesante cómo fue atendida esta filosofía en este congreso”.
Luis Wilmar Mieth, presidente de la cooperativa frigorífica porcina cofra en Leandro Alem, Misiones, agregó que “gracias a la eficiencia genética y nutricional logramos capones de más de 100 kilos en 150 días, en una cadena que involucra líneas de faena, desposte, elaboración de chacinados, empaque, preventa y distribución”.
En tanto, Ivania Kutulas produce huevos en cerrillos, Salta, con la firma Astillas de Plata SA, que incluye la producción de maíz y soja en Tartagal. En galpones automáticos, de 8 pisos de altura, las 500.000 gallinas ponedoras comen los granos procesados en la misma empresa. Utilizan tecnología de última generación, como una seleccionadora de huevos holandesa (saca los huevos fisurados, sucios e incluso detecta manchas de sangre en yema y clara) que permite obtener un producto homogéneo. Elogió los “contenidos muy específicos del congreso, porque permiten instrumentar mejoras”.
En clave familiar, el brasileño Antonio Klein resumió: “A los latinos nos gusta hacer, pero tenemos problemas con los indicadores. Debemos asumir que sólo podemos gestionar lo que medimos bien”.