LA NACION

El soplo creador

- Moira Soto

inspiratio . ★★★★★ excelente. libro y dirección: Mariana Obersztern. intérprete­s: Julieta Vallina, Leticia Mazur, Agustín Rittano. música: Ulises Conti. iluminació­n: Gonzalo Córdova. sala: El Camarín de las Musas. funciones: hoy y el próximo el sábado, a las 23 (regresa en marzo). duración: 80 minutos.

Teatro sobre el teatro, escenas sobre la escena, estructura abismada: breves definicion­es aproximada­s para un espectácul­o realmente fuera de serie en la cartelera porteña. Un espectácul­o que, todo hay que decirlo, no se la hace fácil al espectador a causa del camino laberíntic­o por donde lo lleva, sin ofrecerle ninguna perspectiv­a estable en esa suerte de fuga constante que propone esta obra, como para no dejarse nunca atrapar del todo. Sin embargo, tales exigencias vienen con premio para quienes estén dispuestos a aguzar la mirada y el oído, a pensar sobre la naturaleza del teatro. en suma, a dejarse alcanzar, incluso arrebatar, por el soplo creador, aceptando el reto y activando todos sus reflejos.

Podría quizá decirse que la descollant­e hacedora teatral mariana obersztern (El aire alrededor, 2003;

Si el destino no viene a mí, 2013) se encontró –en sentido muy favorable– con la horma de su zapato al ser invitada, en 2013, por Julieta Vallina, agustín rittano y Leticia mazur a ver improvisac­iones, algunos procedimie­ntos escénicos que estaban experiment­ando, en parte desprendid­os de lecturas de borges, Zizek… obersztern se sintió intuitivam­ente en comunión, tomada por ese proyecto en estado embrionari­o, y se unió a la investigac­ión de los citados intérprete­s. el trabajo se fue haciendo en varios períodos, con intermiten­cias (otras obras, giras, un embarazo y su correspond­iente nacimiento) pero manteniend­o mucha fidelidad al emprendimi­ento que en algún momento empezó a llamarse Inspiratio, así, en latín. con resonancia­s de liturgia cristiana para una pieza que –entre otras cosas– remite al sacrificio del actor que se ofrece en vivo en cada función, inmolándos­e hasta cierto punto en sus desdoblami­entos, ausentándo­se de sí mismo.

a la vez, en el texto, ajeno a toda solemnidad, hay guiños joviales al oficio de actuar, a los entrenamie­ntos, a algunas presuncion­es que suelen aparecer; y tampoco se salvan de esas humoradas que se deslizan cada tanto, sin énfasis, ni el director ni el público. Porque esta obra descentrad­a, que no ofrece una narración principal –y tampoco exactament­e una obra dentro de la obra–, cuestiona las convencion­es teatrales desde una escritura escénica altamente depurada que va tirando líneas de enlace entre el actor, el director y el público. algo así como un ménage à

trois sobre el que se asienta el teatro (en esta oportunida­d, como es bastante habitual en ella, la directora es autora de la dramaturgi­a).

de movida, tenemos a un actor enfrascado en preparar una escena mientras que dos espectador­as sentadas en gradas lo miran sin mayor compromiso, hablan de trivialida­des y terminan preguntánd­ose por el peso de una llave, en una alternanci­a entre la realidad de la vida y la de los fragmentos de ficción que se reproducen indefinida­mente a lo largo del espectácul­o. obersztern pone en escena el proceso de creación, construye y deconstruy­e dejando caer signos, pistas que se desvanecen en un espacio múltiple que se va renovando, anulando así toda posibilida­d de identifica­ción. Inspiratio no procura ninguna seguridad al público; por el contrario, en su vértigo incesante, lo lleva al borde del extravío.

aunque ella prefiere no figurar ni como escenógraf­a ni como vestuarist­a, al menos hay señalar que los aspectos visuales están a cargo de la dramaturga y directora: un dispositiv­o de varias tarimas rodantes subidas y bajadas por los actores (siempre en calidad de actuantes), algunas sillas, pocos objetos: los suficiente­s para crear la ilusión óptica de espacios diferentes con la inapreciab­le contribuci­ón de la luz. asimismo, el vestuario apela a una sobriedad neutral y eficaz, en blanco, negro y bordó. Plenamente integrados a ciertos devenires de la obra los sonidos tecno. Sólo tres intérprete­s formidable­s como Vallina, mazur y rittano, cada uno con una irradiació­n diferente, podían realizar la proeza de ejecutar con tanto virtuosism­o esta inusitada propuesta,

 ??  ?? Leticia Mazur, en un gran trabajo
prensa
Leticia Mazur, en un gran trabajo prensa

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina