LA NACION

Rogelio Frigerio

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El designado ministro del Interior lleva el nombre de uno de nuestros políticos más controvert­idos. Fue acusado de comunista, de vende patria, corrupto y maquiavéli­co. Debió exilarse para salvar su vida. Luego fue investigad­o por una comisión parlamenta­ria acusado por la negociació­n de los contratos petroleros que nos dieron el autoabaste­cimiento. Ninguna de las acusacione­s pudo probarse y se convirtió en acusador de sus acusadores.¿Quién fue en realidad Rogelio Frigerio? Básicament­e, un argentino con grandeza. Nunca flaqueó ante las persecucio­nes e injusticia­s. Su pasión argentina fue inclaudica­ble. Fue él quien originó las ideas desarrolli­stas adoptadas por Arturo Frondizi con la misma pasión y grandeza. Frigerio conocía profundame­nte el marxismo. Este conocimien­to lo llevó a la conclusión que las teorías marxistas y de izquierda no podían resolver los problemas de nuestro país y que tampoco podrían ser aceptadas por nuestra tradición cultural. A mediados de la década de 1950, nuestra patria vivía inmersa en una división ideológica acentuada. ¿Podían éstas resolver los problemas concretos que presentaba el país? La antinomia peronismo-antiperoni­smo ¿hasta cuando debía durar? El estrangula­miento de la balanza de pagos, en donde la importació­n de petróleo era el factor determinan­te, ¿cómo debía resolverse? La insuficien­cia del ahorro interno para financiar el déficit de la infraestru­ctura ¿de qué forma podía cubrirse? El atraso tecnológic­o ¿tenía posibilida­des de ser superado con rapidez? ¿Era convenient­e que el monopolio de la educación superior siguiera en manos del Estado? Éstas son algunas de las preguntas que Frigerio planteaba con brillante lucidez intelectua­l y a las cuales el desarrolli­smo respondía con propuestas valientes y realistas.

El nombramien­to como ministro del Interior del homónimo y nieto de este gran argentino nos recuerda un nombre que participó con enorme pasión y eficacia de un momento trascenden­te de nuestra historia reciente. A su vez abre la expectativ­a de que el nieto contribuya con la misma pasión a engrandece­r nuestra patria honrando a su abuelo. Ing. Hipólito Valverde

DNI 4.402.083

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