Cuellar: salir de las sombras desde un sitio difícil
Por primera vez desde que está ligado a las distintas porciones del título mundial pluma (AMB), el bonaerense Jesús Cuellar lo expondrá hoy alejado de todos los fantasmas que lo ensombrecieron desde que lo ganó en 2013 ante el dominicano Claudio Marrero, frustrando el debut como promotor y representante pugilístico del inefable Mike Tyson.
Cuellar, de 28 años, hijo y hermano de boxeador, fue un fiel compinche del santafecino Marcos “Chino” Maidana en aquellas concentraciones tediosas y sacrificadas en el tradicional gimnasio del mexicano Robert García, en Oxnard, California. Todo eso le sirvió: creció en lo personal y en lo deportivo, y aprovechó al “Chino” como espejo, favoreciéndose, además, con el acercamiento de su manager, Sebastián Contursi, a los ideales del empresario yanqui Al Haymon, líder en la industria del boxeo y “cerebro” de los ingresos millonarios de Floyd Mayweather. Pero siempre algo postergó a Cuellar. A nivel nacional, el estallido que provocaba el trío de Sergio “Maravilla” Martinez, Lucas Matthysse y el mismo Maidana lo opacaba por completo, condenándolo a pelear en las reuniones secundarias de los casinos pequeños que aguardaban los choques de Mayweather-Maidana, en Las Vegas.
La AMB lo favoreció otorgándole la posibilidad de ganar la corona mundial interina y lo perjudicó después. Recibió el campeonato absoluto tras la destitución del jamaiquino Nicholas Walters del “supercampeonato” de este peso, el máximo rango titular, en una entidad que consagra tres monarcas por categoría. Luego, en modo desleal e inesperado, la AMB proyectó al mexicano Leo Santa Cruz –un símbolo del CMB– al sitial preferencial de los 57.100 kg, postergando –otra vez– a Cuellar al título regular. Fue complejo de explicar y difícil de entender.
Pujando cabeza a cabeza con el bonaerense Víctor Ramirez, campeón crucero ( FIB) y con el mendocino Juan Carlos Reveco, aspirante al cetro mosca (AMB), afrontará una experiencia particular al medirse con Jonathan Oquendo, un crédito de Puerto Rico, local en Brooklyn, donde los corazones boricuas laten mas fuerte que en cualquier otro lado. Cuellar, con 27 éxitos (21 KO) y un revés, realizará la quinta exposición del título. Dejó dudas en la última, frente al armenio Vic Darchinyan, y ya no tendrá en su rincón a Robert García, su técnico, por una decisión –negativa– que el mismo Cuellar tomó.
Ambos dieron un peso de 56,800. Oquendo es un retador inestable de 32 años, con 26 victorias y 4 derrotas, potenciado por la presión del público y las autoridades, muy cercanas a sus intereses. Cuellar tendrá muchas cosas en contra esta noche. Si sabe resolverlas, no sólo saldrá de las sombras que postergaron su reconocimiento. Hallará, también, lugar para un reconocimiento decisivo y gravitante en el presente de nuestro boxeo. Ésa será su misión.