los chemical brothers fueron los héroes de una jornada en la que la ribera del río se convirtió en pista danzante
festival sónar. Anteayer, los Chemical Brothers fueron los grandes protagonistas del desembarco porteño del conocido festival de Barcelona
Ni el barro, ni la amenaza de lluvia, ni la hora de demora (el show que estaba programado para las 22.30 arrancó a las 23.30) pudieron empañar ese inicio, antenoche, en el Festival Sónar, que tuvo lugar en el complejo al río en Vicente López.
escondidos en las penumbras –como a ellos les gusta estar– los chemical brothers se adueñaron del escenario con sus sonidos demoledores. Para arrancar, los amigos londinenses optaron por artillería pesada y al ritmo de “Hey boy, Hey Girl” hicieron bailar a un público que entró en trance con las imágenes lisérgicas que se proyectaban desde las pantallas y los rayos futuristas que salían de la tarima. en el medio se filtraban los aviones que parecían parte de la escenografía.
Los “hermanos químicos” ed Simons y Tom rowlands no dijeron nada; simplemente se sumergieron en sus consolas y dejaron que su música hablara. después de 20 años y ocho discos editados, el dúo que abrió el camino del big beat tocó durante casi dos horas en un terreno pantanoso donde los anteojos de sol eran escasos, al menos si se compara con otras épocas; aunque los que a fines de los años noventa habían descubierto y adoptado la música electrónica no pudieron resistir la tentación de ponerse gafas y revivir aquellos tiempos.
así pasaron clásicos como “do it again”, “Star Guitar”, “it doesn’t matter”, “Swoon” (el sencillo de
Futher, el anteúltimo disco, lanzado en 2010) y temas de Born in the
Echoes –su más reciente trabajo discográfico, editado este mismo año–, como “Go”, “Sometimes i Feel So deserted”, “emL ritual” y “i’ll See You There”. La pista de dance poco a poco fue tomando forma.
en un viaje oscuro pero con estallidos, los sintetizadores comandados por ed y Tom manejaban el clima de la gente. entre máscaras ardiendo, robots simpáticos, payasos y hombrecitos mostrando los pasos a seguir que iluminaban la noche desde los laterales, aparecieron temas como “Setting the Sun”, “believe”, “chemical beats”, “escape Velocity” –con dejos de “The Golden Path”–. Y la lógica de entregarse a la psicodelia para, poco a poco, llegar al éxtasis se traducía en cabezas moviéndose involuntariamente a la manera de un autómata. mientras, los agudos y el sonido del pasado, que aún se siente como del futuro, salían de los parlantes.
Para ir terminando y como si la cercanía del estreno de la séptima entrega de La guerra de las galaxias sirviera de inspiración, los “químicos” hicieron una combinación entre luces y sonidos robóticos que fue la antesala para el efectista set del final. “don’t Think”, “Galvanize” mezclada con “Under the influence,” y “block rockin’ beats” tomaron fuerza para cerrar entre tinieblas y los pasos desenfrenados. así el dúo inglés, como en sus otras visitas, cumplió y los presentes enfrentaron el barro que los separaba de la salida contentos y como hipnotizados.
antes, el italiano dJ Tennis tuvo que estirar su set mientras los técnicos de los chemical brothers solucionaban problemas con los equipos. a lo largo del Festival Sónar hubo varias bandas que musicalizaron la jornada. Hot chip, por ejemplo, preparó la pista con un show donde hubo clásicos y canciones de su recién estrenado disco Why Make Sense? desde Londres, alexis Taylor, Joe Goddard, al doyle y cia tocaron temas como “ready for the Floor”, “Flutes” y “over and over”, en las que el virtuosismo de la batera Sarah Jones quedó en evidencia. También hicieron dos versiones impecables. La primera de “dancing in the dark”, de bruce Springsteen, y la segunda de “all my Friends”, de Lcd Soundsystem. más temprano, los babasónicos habían hecho un extraño engranaje con algunos de sus integrantes que dejó un poco confundidos a los fans y Poncho adelantó canciones de su próximo disco y mechó algunos hits. También se presentaron el francés brodinzki y el alemán recondite.
Todo sucedió en un predio gigante con algunas innovadoras atracciones como una tarima que con la ayuda de una grúa se elevaba varios metros y hacía movimientos pendulares, a la que la gente podía subirse y tener una vista panorámica del lugar.
Todo sucedió en un predio gigante con algunas innovadoras atracciones.