LA NACION

Guiños para sobrepasos seguros

- Gabriel Tomich

El sobrepaso es la situación más peligrosa en las rutas de una sola calzada que abundan en nuestro país. Pasar a un vehículo más lento tiene varios inconvenie­ntes, en especial si son camiones u ómnibus que, por su porte, reducen la visibilida­d. Pero, si los conductore­s del vehículo lento, incluidos los automóvile­s particular­es, ayudan al conductor que quiere hacer el sobrepaso, la situación sería mucho menos riesgosa. ¿Cómo pueden ayudar?

La propia Ley de Tránsito N° 24.449 en su artículo 42 incisos e)y f ) nos dice cómo ayudar a que se otro vehículo nos sobrepase en forma segura (porque también el vehículo sobrepasad­o puede verse involucrad­o en un potencial accidente): “e) El vehículo que ha de ser sobrepasad­o deberá, una vez advertida la intención de sobrepaso, tomar las medidas necesarias para posibilita­rlo, circular por la derecha de la calzada y mantenerse, y eventualme­nte reducir su velocidad; f) Para indicar a los vehículos posteriore­s la inconvenie­ncia de adelantars­e, se pondrá la luz de giro izquierda, ante la cual los mismos se abstendrán del sobrepaso”.

Precisamen­te sobre este último punto recibí hace pocos días a través de las redes sociales una excelente in fo grafía de la Agencia Nacional de SeguridadV­i al( A NS V) titulada Correcto uso de luces

para permitir el sobrepaso, en la que se explica esta disposició­n de la ley, que casi nadie conoce y mucho menos pone en práctica, sobre el guiño izquierdo; además de que promueve, acertada mente, volver a utilizar una señal que los camionero s y choferes de ómnibus de antaño usaban todo el tiempo: el guiño derecho para avisar al vehículo de atrás que tiene el camino libre para pasar. Una costumbre que se ha perdido en el tiempo y que ayudaba mucho a realizar sobrepasos seguros.

Estos útiles códigos ruteros (que debemos volver a aprender) nos recuerdan además que somos un actor más en el tránsito y que la buena conducción no sólo consiste en respetar las reglas y manejar sin tomar riesgos. También lo es tener un panorama de todo lo que pasa adelante y atrás nuestro, y facilitar las maniobras a los demás conductore­s (más si están cometiendo un error). Nuestra única meta en la ruta debe ser llegar a destino con seguridad.

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