Estar preparados ante los aluviones
La cartulina desplegada sobre la mesa. Todos miran con atención. Señalan. Opinan. Preguntan. Es el momento en el que los alumnos de la Escuela 4-195 El Molino, de San Rafael, Mendoza, le explican a los bomberos cómo armaron el mapa del barrio, en base al cual están construyendo un plan de autoevacuación en caso de un aluvión. Los alumnos de esta escuela secundaria - junto con los del Instituto de Educación Superior (IES) N° 9-011 Del Atuel - están llevando adelante el proyecto Construyendo ciudadanía a través de la prevención de riesgos ambientales en nuestra comunidad. Ante la falta de motivación detectada por los docentes de ambos cursos, los docentes se animaron a hacer algo distinto, salir a la calle, y proponerle a los alumnos que con sus saberes, pudieran ayudar al barrio. “A comienzos de este año, con el curso de 3ero 2do tuve algunos problemas con la estrategia para dar clases. Por eso se me ocurrió empezar a trabajar en un proyecto que tuviera que ver con su realidad social para que eso los motivara. El principal logro fue el cambio en los estudiantes y su compromiso. Hoy se sienten responsables de brindarle a su comunidad una ayuda”, explica Laura Eztala, docente de Salud Integral y Adolescencia en la Escuela El Molino 4-195. Los barrios El Molino y Pobre Diablo se encuentran sobre el cauce del Río Diamante, que fue desviado con la construcción de diferentes represas. En épocas de fuertes lluvias se generan aluviones que ponen en riesgo a las 900 familias que viven en la zona, ya que el agua tiende a volver a su cauce original. “Al principio los estudiantes se resistían a hacer un abordaje de la geografía a través de las nuevas tecnologías. Como ahora eso lo pueden contrastar con el territorio, se pudo romper con esa resistencia y también abordan los contenidos con otra mirada”, dice Gabriel Negreira, profesor en el Profesorado de Geografía N°10 del Atuel. Lo más interesante del proyecto es que los alumnos de ambas instituciones no trabajaron solos, sino que lo hicieron con y para la comunidad: junto con vecinos, bomberos y el Programa de Mejoramiento Barrial de El Molino y Pobre Diablo (Promeba). “La mayor riqueza del proyecto es la autogestión. No es un plan que se inserta en el barrio sino que respeta las características sociales del lugar y son ellos los que proponen los lugares, a quiénes hay que evacuar primero. Como metodología utilizamos la cartografía social colaborativa. Los habitantes de los territorios nos fueron contando la percepción geográfica y social que tienen sobre el barrio”, agrega Negreira. Con toda esta información, los alumnos secundarios confeccionaron, en una cartulina, un mapa del barrio: sumaron calles, puntos de interés, escuelas, el club, las personas con discapacidad, los basurales y las zonas con riesgos de epidemias e inundaciones. Por su parte, desde el profesorado digitalizaron toda esa información a partir de un Sistema de Información Geográfica. “Cuando vamos por las casas nos reciben bien y les gusta el proyecto. Si llega a venir un aluvión no saben qué hacer y por lo menos nosotros les estamos dando algo para guiarlos”, dice Sebastián Sosa, de la Escuela El Molino. Su compañera, Rocío Tobares, agrega: “Este proyecto fue una forma de no darle la razón a todos los que dicen que en el barrio sólo hay mala gente”.