Giro de Dilma con el ministro de Economía
En reemplazo de Levy la presidenta nombró al heterodoxo Nelson Barbosa, que era ministro de Planificación y crítico de los planes de austeridad de su antecesor; turbulencias en los mercados
Por diferencias, renunció el liberal Levy y la presidenta eligió a un economista heterodoxo BRASILIA (AFP).– En un nuevo capítulo de la crisis que sacude a Brasil, el ministro de Economía, el liberal Joaquim Levy, renunció a raíz de serias divergencias con Dilma Rousseff, que nombró en su lugar a Nelson Barbosa, un economista más heterodoxo y cercano al Partido de los Trabajadores (PT). Dilma atenuó en estos meses la estrategia de ajuste fiscal que llevaba adelante Levy e intenta ganar apoyo entre las bases de izquierda para evitar el juicio político que se promueve en el Congreso.
BRASILIA.– Tras un progresivo alejamiento de Dilma Rousseff, el ministro de Economía, Joaquim Levy, renunció ayer en una jornada en la que los rumores y la incertidumbre generaron más turbulencias en la economía brasileña. La presidenta nombró en su reemplazo ayer al economista desarrollista Nelson Barbosa, en una dramática ruptura con las políticas de reducción de déficit que se había propuesto impulsar.
Barbosa, un cercano asesor de Dilma y hasta ahora ministro de Planificación, fue uno de los opositores más duros a la agresiva línea de austeridad que lideró Levy, que intentó recuperar la confianza de los inversores en una economía sumida en su peor recesión en un cuarto de siglo.
La salida de Levy era esperada después de que Fitch se convirtió esta semana en la segunda agencia de calificación que priva a Brasil de su codiciado grado de inversión. Pero pesaron sobre todo las fuertes diferencias entre Levy y Dilma, menos inclinada que un año atrás en ajustar las cuentas y disciplinar la economía para recobrar el dinamismo perdido.
Cuestionada en todos los frentes, con la popularidad en sus mínimos históricos y con resistencias aún dentro de la coalición oficialista, la presidenta quiere contar con todo el apoyo de sus bases de izquierda en el Congreso para evitar el juicio político, que pende sobre ella como una amenaza con muchas posibilidades de concretarse.
“La presidenta agradece la dedicación del ministro Joaquim Levy, que tuvo un papel fundamental en el enfrentamiento de la crisis económica”, informó la presidencia en un comunicado.
Aislado en el gobierno, limitado en su accionar, sin espacio para cumplir en tiempo y forma con la estrategia que había trazado en un primer momento con Dilma, Levy dio claras se ñales de que su ciclo había terminado aún antes del anuncio oficial.
“El ajuste no era un capricho, sino una necesidad de Brasil”, señaló Levy en un desayuno con periodistas. “La mayor parte de la primera serie de cosas importantes, si no las terminamos, al menos las dejamos encaminadas”, agregó.
Levy criticó además la falta de claridad del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT) sobre la política económica e instó a las autoridades a buscar reformas más profundas. “Necesitamos claridad del gobierno para remover incertidumbres y retornar al crecimiento”, advirtió. “La rebaja crediticia fue una llamada de advertencia y tenemos la capacidad de cambiar nuestro curso.”
La salida de Levy y el ingreso de Barbosa estuvo precedido por una caída del 2,98% de la bolsa de San Pablo y una depreciación de 1,42% del real. En su primera conferencia de prensa, minutos después de ser nombrado, Barbosa definió sin embargo a la estabilidad fiscal y al control de la escalada de los precios como sus prioridades, recogiendo parte de la agenda de Levy y en un gesto por llevar tranquilidad a los inversores.
“Sólo con estabilidad fiscal vamos a tener un crecimiento sustentable. Vamos a promover el equilibrio fiscal, el control de la inflación y el crecimiento de la economía”, dijo en su primera aparición pública como ministro de Economía.
Recesión
Barbosa, un economista afín a las ideas desarrollistas y a políticas fiscales menos restrictivas que su predecesor, tendrá la tarea de conducir un país que proyecta una contracción del 3,1% este año y del 1,9% el próximo. De confirmarse ese pronóstico, sería el primer bienio recesivo en Brasil desde 1930-1931.
Doctor en Economía por la New for Social Research de Nueva York, Barbosa participó directamente del diseño de la política económica del primer mandato de Dilma, cuando hubo una fuerte expansión del gasto público, marca registrada del PT. También mantuvo un estrecho vínculo con el ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva.
Barbosa agregó que es preciso continuar el esfuerzo de hacer reformas a largo plazo, “no solo el ajuste fiscal sino la reforma fiscal” y controlar los denominados “gastos obligatorios” fijados por ley o enmienda constitucional, por ejemplo la previsión social, que representa un 47% del gasto primario federal.
“Tengo la total confianza que la economía brasileña, que es la séptima del mundo y tiene 204 millones de habitantes, tiene capital humano, capital físico y expertise para superar los desafíos”, afirmó.