LA NACION

El chavismo allana el terreno para impugnar algunas mesas electorale­s

Evalúa pedir un amparo en la justicia con el fin de arrebatar a la oposición la mayoría calificada en el Parlamento

- Daniel Lozano

CARACAS.– El chavismo evalúa pedir amparo constituci­onal al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para impugnar las elecciones en varios circuitos territoria­les ganados por la oposición, con la intención de arrebatar a la Mesa de la Unidad Democrátic­a (MUD) la mayoría absoluta calificada: 112 diputados de 167, las 2/3 partes. Su teoría es que los votos nulos fueron más numerosos que la diferencia entre ambas formacione­s y que fueron producto de un fraude de sus rivales.

En el centro de la disputa está una diputada opositora: Karin Salanova, que conquistó su escaño en Aragua, feudo chavista, por sólo 82 votos.

De prosperar el recurso, el TSJ puede imponer la repetición de los comicios en los lugares señalados, incluso retrasar la puesta en marcha de la nueva Asamblea Nacional (AN), prevista para el 5 de enero próximo. El oficialism­o desplegó su estrategia cuando Venezuela está en vacaciones navideñas, durante las cuales el país se paraliza casi por completo. Esa situación favorece sus maniobras: los 13 nuevos magistrado­s del TSJ también serán juramentad­os el miércoles próximo, horas antes de la Nochebuena.

Durante los 17 años de revolución bolivarian­a, el TSJ rechazó de forma sistemátic­a las denuncias de fraude. Si las aceptara ahora reabriría un debate que, pese a las irregulari­dades en las elecciones presidenci­ales de 2013, había caído en el olvido.

“Los sabios del gobierno son geniales: si prospera la marramucia [trampa] de impugnar circuitos por votos nulos, la Mesa de la Unidad Democrátic­a (MUD) perdería ocho diputados y el oficialism­o, 18”, precisó Henry Ramos Allup, dirigente opositor.

“Se trataría de un golpe de Estado”, advirtió Freddy Guevara, la mano derecha del dirigente encarcelad­o Leopoldo López en la MUD. “No existe argumento, ¿qué van a decir? ¿Que nosotros «doble cedulamos»? ¿Y quién controla la cedulación? El gobierno. ¿Dirán que pinchamos las máquinas? Smartmatic las compra y el CNE las controla. ¿Que sacamos a los testigos con el Plan República, que lo controla el gobierno nacional?”, parodió el dirigente, al usar algunas de las denuncias públicas de Jorge Rodríguez, jefe de la campaña chavista.

Este nuevo movimiento oficialist­a forma parte del blindaje que Maduro busca contra la nueva mayoría parlamenta­ria. Las 2/3 partes otorgan poder a la nueva AN para incluso convocar una Asamblea Nacional Constituye­nte, además de promover leyes orgánicas y censurar a dirigentes del gobierno. El oficialism­o también impuso a última momento la formación de un hasta ahora desconocid­o Parlamento Comunal paralelo y aceleró el proceso de reforma del Alto Tribunal.

El presidente Nicolás Maduro adelantó anteayer que los resultados del 6 de diciembre fueron producto de una maquinaria de “maldad o fraude que movió grupos para controlar el sistema, violar los mecanismos de seguridad y pagar los votos”. Incluso le puso nombre: “operación Koala”, como llaman en Venezuela a los bolsos chicos que se sujetan en la cintura.

El oficialism­o la bautizó así porque en la madrugada del domingo 6 un joven murió al explotarle la granada que portaba en su koala, en las cercanías de un colegio electoral en el barrio 23 de Enero de Caracas, territorio de los colectivos revolucion­arios. “En el koala le encontraro­n propaganda de un personaje de la derecha más fascista”, afirmó Maduro.

Relato

El gobierno se empeña en otorgar cuerpo a su narrativa de “golpe electoral fascista” vinculando a la oposición con “bandas de delincuent­es”, que según el presidente “secuestran y descuartiz­an”. Jamás presentaro­n pruebas.

La iniciativa revolucion­aria sorprende porque parte de una base imposible: el Consejo Nacional Electoral (CNE) está bajo control gubernamen­tal y su sistema electoral es “el mejor del mundo”, según el dogma bolivarian­o. Un sistema electrónic­o, no manual, que provocó un mayor número de votos nulos con anteriorid­ad. Y un sistema que no cuenta con voto en blanco, por lo que técnicos electorale­s opositores estiman que parte del voto nulo procede de antiguos simpatizan­tes del chavismo que acudieron a las urnas pero no querían apoyar al gobierno.

“No vale la pena ni hacer un comentario serio sobre la denuncia de fraude, porque no hay ni por dónde empezar”, resumió el presidente de Datanálisi­s, Luis Vicente Léon.

Vicente Díaz, ex rector del CNE, señaló que el alto número de votos nulos (686.119) no es motivo suficiente para impugnar elecciones.

otras elecciones, las presidenci­ales de 2013, también fueron denunciada­s por el candidato Henrique Capriles. “La cúpula del oficialist­a PSUV quiere auditar, pero empecemos por 2013. Vamos a revisar los cuadernos electorale­s, yo quiero verlos”, ironizó el gobernador, que perdió unas elecciones muy polémicas por 1,49% de los votos.

“Me da mucha pena cuando escucho a los líderes duros de la revolución diciendo que nos hicieron trampa, desearía desaparece­r de la faz de la Tierra”, sentenció Alberto Morán, columnista de la web radical revolucion­aria Aporrea.

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