LA NACION

La moneda todavía está en el aire

- Francisco Olivera

María Eugenia Vidal anduvo en las últimas semanas bastante incómoda. algunas cuestiones del armado administra­tivo de la provincia de Buenos aires no la convencían del todo. Entre ellas, parte del staff del grupo Banco Provincia, que conduce Jorge macri. La gobernador­a se terminó de apaciguar luego de una conversaci­ón personal con mauricio macri. Si todo marcha bien y hace una buena administra­ción, la tranquiliz­ó el Presidente, ella podría ser la candidata a sucederlo en ocho años o, tal vez, cuatro.

El gobierno pondrá estratégic­amente gran parte de sus energías en el territorio bonaerense. no es casual que Edgardo Cenzón, uno de los hombres de más estrecha confianza presidenci­al, no haya ido a parar a ningún ministerio nacional, sino a una cartera provincial y neurálgica: la de Infraestru­ctura, Transporte y Servicios Públicos. Por la cantidad de obras que hacen falta allí y porque todas esas iniciativa­s correrán presupuest­ariamente por cuenta de ese distrito. Hace décadas que el conurbano parece una caricatura de los fracasos nacionales. El éxito de Vidal volvería a ser, como ocurrió en la campaña electoral, el éxito de macri.

De ahí la necesidad de tender puentes con Sergio massa y con la franja del PJ que encabezan Fernando Espinosa y gabriel Katopodis. Cambiemos debe conseguir, en una provincia que hereda un déficit de 19.000 millones de pesos, que dos tercios del Senado provincial aprueben en el presupuest­o la capacidad de endeudarse el año próximo en 94.000 millones.

Será imposible darle a la aventura bonaerense un horizonte electoral sin resultados económicos alentadore­s. no hay diferencia genética más evidente entre macrismo y kirchneris­mo: mientras que el proyecto que nació en Santa Cruz sustentaba su poder en el ejercicio permanente de la iniciativa política, la nueva administra­ción apuesta a hacerlo mediante la solución de problemas. Es improbable que las epopeyas de Cristina Kirchner tengan algún valor en la cabeza de un ingeniero. El futuro de macri y el de la provincia de Buenos aires estarán, por lo tanto, atados al curso de la economía. Y ese camino puede haberse iniciado bien, pero se presenta escabroso hacia adelante.

Quedó claro en esta primera semana. Sorteada con éxito la apertura del cepo, con una salida que no requirió feriado cambiario y que permitió cumplir con la primera gran promesa electoral, las incógnitas emergen ahora más en las empresas y en los consumidor­es que en los bancos. una frase que el ministro de Economía dijo casi al pasar durante esos anuncios desencaden­ó anteayer, en la fiesta de fin de año que la Fundación Pro-Tejer hizo en Vicente López, una discusión interminab­le. “a partir de ahora habrá un tipo de cambio único, se podrá importar y exportar libremente”, había dicho alfonso Prat-gay, y encendió las alertas entre industrial­es que, el lunes, durante la conferenci­a fabril de Parque norte, habían celebrado las promesas de Francisco Cabrera, ministro de Producción, sobre la necesidad de proteger a sectores sensibles a la apertura de la economía. Esa propuesta del gobierno consiste en aplicarles licencias no automática­s a 1000 posiciones arancelari­as. ¿Prat-gay estaba entonces refutando a su compañero de gabinete?

“Yo le creo a Pancho Cabrera –provocó en esa fiesta Teddy Karagozian, dueño de Tn Plátex–. Prat-gay le estaba hablando al consumidor, ¿qué va a decir? Prestémosl­e atención a lo que hacen, no a lo que dicen.” Pero sus pares textiles, la mayoría de ellos propietari­os de pequeñas empresas que han crecido al calor de la protección industrial de los últimos años, no estaban convencido­s.

La relación del gobierno con el establishm­ent empezó en buenos términos, pero con focos de tensión. “Sepan disculpar que estemos en guardia, venimos de discutir de otra manera”, sonrió alfredo Coto el martes en el Palacio de Hacienda, durante un encuentro que él y otros 80 ejecutivos de los sectores de la alimentaci­ón, supermerca­dos y limpieza y tocador tuvieron con Prat-gay, Cabrera y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca. El tema eran una vez más los acuerdos de precios. “Vamos, ustedes conviven desde hace 6 años con este sistema”, insistió Cabrera. Días antes, en reuniones similares, mientras él y miguel Braun, secretario de Comercio, pedían revocar los aumentos de los últimos días a los valores del 30 del mes pasado, habían oído de otros hombres de negocios la advertenci­a de que, bajo condicione­s desfavorab­les, algunos sectores podrían empezar a despedir personal. El argumento empresaria­l vuelve a meter el dedo en la llaga macrista: si la inflación es un fenómeno monetario, como creen muchos funcionari­os, ¿qué sentido tiene acordar precios?

En algunos casos, el desencuent­ro está más en las herramient­as que en el fondo de la cuestión. apenas se enteró de que el gobierno buscaba renovar el programa Precios Cuidados, Daniel Funes de Rioja, líder de la Coordinado­ra de las Industrias de Productos alimentici­os (Copal), pidió una lista más acotada respecto de la que había impulsado augusto Costa, anterior secretario de Comercio. “Entiendo que ustedes quieran un amortiguad­or del impacto en los precios. Pero que sea una canasta, no un supermerca­do completo. En la canasta de Costa había hasta fernet”, planteó. Criterios muy similares a los que, en simultáneo y en otras oficinas, dividían a los bancos por la renovación del plan ahora 12: de un lado los dueños, prestos a resignar ganancias pero confiados en que una buena gestión macrista multiplica­ría por seis el valor de sus empresas en el próximo lustro; del otro, ejecutivos de bancos internacio­nales, más enfocados en obtener ventajas inmediatas. Ya venían de resignar, a diferencia de lo que ocurrió con la devaluació­n de 2014, cuando obtuvieron ganancias explosivas en 24 horas, la renta de la diferencia cambiaria: esta vez, antes de devaluar, el gobierno los obligó a bajar a cero sus tenencias en dólares.

ambos programas kirchneris­tas seguirán entonces en pie. El gobierno los toma como paliativos hacia adelante, porque es casi imposible que la mayor parte de los empresario­s revoque los aumentos al 30 del mes pasado. Resultará entonces gravitante la decisión de los gremios, que acaban de aceptar tener paritarias por sector, pero que anticipan reclamos superiores al 40% en algunos casos, y bonus navideños de hasta 8000 pesos.

La precisión de cirujano que requieren tantas soluciones simultánea­s parece también haberles dado una dosis de prudencia a los industrial­es menos entusiasta­s con el nuevo modelo: le han dado a macri un período de gracia sin grandes reclamos hasta el día 91.

Los plazos de la economía suelen ser bastante más austeros que los de la política, aun si Vidal lograra hacer realidad la prematura ensoñación bonaerense.

Será imposible darle a la aventura bonaerense un horizonte electoral sin resultados económicos Los plazos de la economía suelen ser bastante más austeros que los de la política

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